Crecientes divergencias de productores estadounidenses de maíz transgénico toman cuerpo hoy con México contrario al uso de glifosato, fundamental en el cultivo de esa especie y contra el cual se opone este gobierno.
Fuentes estadounidenses admitieron este lunes que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador recibe presiones de la agroindustria y funcionarios norteamericanos para que se retracte de su decisión de prohibir el uso del glifosato y reducir las importaciones de maíz transgénico en el cual hayan usado ese pesticida.
México prohibió en diciembre de 2020 por decreto federal el uso de ese pesticida ante las evidencias presentadas por científicos de que puede ser cancerígeno.
El motivo de las presiones estadounidenses es que México, probablemente el mayor consumidor de maíz en el mundo, importa anualmente alrededor de 18 millones de toneladas de transgénicos de Estados Unidos, por las cuales paga un promedio anual de dos mil 700 millones de dólares.
A pesar de la prohibición México, sin embargo, es uno de los grandes consumidores de glifosato en el mundo el cual adquiere también del país vecino.
La agroindustria de Estados Unidos se opone a la decisión de México de prohibir el maíz de ese tipo porque representa una amenaza para su mercado, explica Ken Roseboro, experto en alimentos libres de transgénicos.
El Centro para la Diversidad Biológica reveló cómo Bayer Ag y el cabildero de la industria de pesticidas Croplife America, trabajan con funcionarios estadounidenses para presionar a México, a fin de que abandone sus prohibiciones sobre el glifosato y las importaciones de maíz transgénico, señala el diario Milenio.
Una comunicación interna entre miembros de la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos fechada el 13 de enero de 2020, hace referencia a que dentro de la administración de López Obrador hay ‘activistas anti-biotecnológicos’ y destaca la postura del propio presidente contra los transgénicos, agrega el diario.
La misiva dice que Estados Unidos está preocupado por el rechazo por parte de la Semarnat (Marina) de permisos de importación de glifosato sin una justificación científica clara.
Hay que recordar que en todo el mundo se interpusieron más de cien mil denuncias sobre los efectos cancerígenos del glifosato. Por ello, la empresa Bayer deberá pagar hasta 10 mil 900 millones de dólares de multas y resarcimientos.