Reactivan en México idea de pagar deuda con dinero del FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) enviará hoy a países miembros una asignación monetaria, lo cual reactivó en México la idea del presidente Andrés Manuel López Obrador de usarla para pagar deuda externa.
El diario La Jornada recoge el debate sobre el tema pues se trata de un activo de reserva internacional importante de unos 12 mil millones de dólares que el Gobierno mexicano busca usar para el pago de deuda.

Ese dinero no es tangible, sino que se expresa en Derechos Especiales de Giro (DEG) que van a los bancos centrales de los países miembros y requieren de un complejo mecanismo para su utilización.

No es una acción filantrópica del FMI, sino que está obligado a esa distribución de DEGs entre sus 191 países miembros por ser reservas internacionales. Lo nuevo es la enorme cantidad de 650 mil millones entre todos los miembros.

Hasta ahora el total de DEGs asignados no superaban los 250 mil millones.

Hay muchas interpretaciones sobre el por qué esa cantidad desacostumbrada. Una de estas la profundidad de la crisis económica que obliga a una inyección amplia de recursos y activar las reservas internacionales estancadas, indican economistas.

Otra, beneficiar a las grandes economías que se quedarán con el 58 por ciento de esos DEGs, y a los de economías emergentes en desarrollo que recibirán el 38,8 por ciento, lo cual revela la injusta distribución de la riqueza mundial pues los países pobres, que son la abrumadora mayoría, recibirán apenas un 3,2 por ciento.

En dinero equivalente eso significa que, de 650 mil millones de dólares, alrededor de 417 mil van a los ricos, 212 mil a los mercados emergentes y solo 21 mil millones a los países de bajos ingresos.

México, como país emergente, recibirá más de la mitad de lo que en su conjunto recibirán decenas de naciones pobres, y esos 12 mil millones representan casi una tercera parte del costo financiero de la deuda que la Secretaría de Hacienda estima para el próximo año.

La Jornada señaló que analistas financieros coincidieron en que el Gobierno puede usar esos recursos para reemplazar deuda o disminuir los intereses que se generan.

Sin embargo, las divergencias comienzan en el cómo Hacienda puede hacerse de esos recursos, que de inicio van al Banco de México como reservas, y sólo éste tiene la facultad para cambiarlos por alguna moneda de uso internacional.

Los fondos podrían llegar directamente a Hacienda si hay un acuerdo previo con el banco central y el FMI.

Otra variante al parecer sería comprarle los DEGs al ente emisor como cualquier operación cambiara y entonces usarlos para saldar débitos, pero habría que superar las discrepancias entre el Banco de México, que es un ente autónomo, y el gobierno.

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