José Ángel Solorio Martínez
Dejando al margen las campañas de los alcaldes de Madero y Matamoros –Adrián Oseguera y Mario López–, porque la eficacia de sus trabajos proselitistas están fuera de toda duda –uno, el de Madero, saca más de 40 puntos de ventaja a su competidor panista; el otro, la Borrega, lleva 25 puntos sobre su más cercana adversaria–, el aspirante morenista que mejor despliegue de recursos ha mostrado en el proceso de seducción del electorado, es Lalo Gattás, en la capital de Tamaulipas.
En un giro nunca visto –al menos no, con la amplitud exhibida: miles de capitalinos en las calles en demanda de agua potable y otros servicios públicos–: de la lucha electoral, pasó positivamente a la lucha social.
Oportuna la estrategia de Gattás.
Eso, es leer con claridad el escenario victorense, al tiempo de evaluar correctamente el humor social de los ciudadanos. (Miles de victorenses, tienen años sin agua, o quienes la tienen, es con muchas intermitencias).
Esa vínculo de la pugna electoral, a la movilización social para demandar soluciones a los problemas de los servicios públicos, ha sido el mejor acierto de MORENA en la entidad. Y sin duda, es la maniobra más eficaz de Lalo en la búsqueda de la alcaldía.
Muy probablemente, Gattás, por ello va arriba en los sondeos. El promedio de todas las evaluaciones, ubica al morenista con 12 puntos sobre la anti-carismática panista Pilar Gómez. Y casi 20, sobre el candidato priista.
(Ese trabajo de Lalo, está afectando las aspiraciones del priista, Enrique Cárdenas del Avellano. El candidato del Verde –es aliado de MORENA– quien busca la diputación federal, está recibiendo soporte gratuito. Cárdenas del Avellano, ante escenario tal, es muy probable que caiga hasta un tercer lugar de preferencias. En efecto: el desconocido del Verde, puede hacer la chica ante el rollizo Almaraz y Enrique que siguen deslomándose desde el primer día de su campaña. Si eso ocurre, mucho tendrá que agradecer a AMLO y a Lalo, ese arribista sujeto).
Otro elemento que ha galvanizado la campaña del lopezobradorista, es el efecto teflón –todo señalamiento, se le resbala– que sus adversarios han generado en su armadura. El embate más furioso, que se pensó sacaría de la pelea a Gattás, fue la acusación de violencia de género; en seguida, la severa crítica a sus aliados panista y priistas que se le sumaron y finamente la acusación de ser aliado del abominable hombre de la danza: Xico González.
Nada les funcionó, a las granjas de bots panistas.
Con otra marcha-mitin cuya convocatoria sea la machacante petición de agua potable para todos y servicios públicos cada vez más públicos –entre otros, la aniquilación de taxímetros– y repudio al fraude electoral, Lalo Gattás y MORENA, blindarían uno de los triunfos más memorables en Tamaulipas.
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