Por esa fecha, ese indicador creció alrededor de 10 puntos porcentuales y en otros 15 en 2009.
Con la emisión de deuda mundial todavía por encima de los niveles anteriores a la crisis generada por la Covid-19 y respaldada por costos de financiación bajos, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF en inglés) proyecta que el comportamiento de la deuda mundial será relativamente modesto este año.
No obstante, advierte que las trayectorias de la deuda pueden variar significativamente dado que el ritmo de vacunación difiere considerablemente entre los países y las dificultades en su distribución podrían retrasar la recuperación, lo cual puede provocar una mayor acumulación de esos débitos.
Expertos del IIF explican cómo la deuda de las administraciones públicas representó más de la mitad del aumento global, superior a los 12 billones de dólares en 2020 frente a 4,3 billones en 2019, con marcados incrementos en las economía avanzadas, ya que la respuesta fiscal a la pandemia fue limitada en la mayoría de las emergentes.
Por su parte, la deuda del sector privado no financiero (hogares y empresas) alcanzó el 165 por ciento del PIB en 2020, el mayor aumento anual de los coeficientes de endeudamiento en más de una década.
Los países europeos lideraron el crecimiento de la deuda en términos del PIB de sus economías, principalmente Francia, España, Grecia y Reino Unido registraron un salto en el endeudamiento cercano a 40 puntos porcentuales.
Entre los mercados emergentes, China experimentó el mayor aumento de los niveles de deuda, seguida de Turquía, República de Corea y Emiratos Árabes Unidos.