Miles, tal vez millones de ciudadanos están denunciando haber recibido llamadas propagandísticas con contenido negativo, hacia la figura del candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” donde una grabadora hace una enumeración de “razones” por las cuales según sus propios argumentos no se debe votar por el candidato Andrés Manuel López Obrador.
Este acto presuntamente rompe con los protocolos establecidos por la ley, ya que de entrada estaría violando el inciso XVI del artículo 7 de la Ley General en Materia de Delitos Electorales que sanciona a quien “realice por cualquier medio algún acto que provoque temor o intimidación en el electorado que atente contra la libertad del sufragio”.
Por otra parte nos preguntamos ¿donde queda la protección de la información personal de los ciudadanos? Eso si es preocupante, vaya que tienen trabajo por delante el INE, la Fiscalía Especializada para los Delitos Electorales (FEPADE) ante estas llamadas indeseadas.
Algo que le da un aire de reconciliación a las diferencias políticas que había entre el sector patronal del país, hablando específicamente de la COPARMEX y el líder de la contienda AMLO, es la difusión de parte de los primeros de una encuesta donde dan a conocer una ventaja de veinte puntos porcentuales, Obrador 41.7 por ciento sobre 21.0 por ciento Ricardo Anaya, José Antonio Meade 13.6 por ciento y el Bronco 2.3 por ciento.
Además, dentro de este trabajo demoscópico la coalición se haría de las gubernaturas de Puebla, Ciudad de México, Morelos, Tabasco y Chiapas, el ejercicio fue realizado por las compañías Berumen e Ipsos. Aquí la pregunta expresa sería ¿considera esta cúpula empresarial ya una inevitable victoria de la izquierda y en consecuencia este es un guiño de cooperación y reconocimiento? Así pareciera ser…
Este martes culminó la trilogía de debates organizados por el INE, en dicha trama política se ha podido apreciar un trabajo bien elaborado de parte de los guionistas hacia los actores políticos, que nos hizo recordar esas producciones de antaño donde la guerra de pastelazos entre uno y otro divertía al respetable, además de las ocurrencias de los comediantes, se dieron escenas de celos, acusaciones, intrigas y en el menor de los casos buenas y serias propuestas.
Dentro de lo rescatable del formato del debate, nos dio la posibilidad de escuchar hablar a los presidenciables y sus programas de gobierno, además de sus cifras y argumentos, y con ello poder corroborar posteriormente si lo dicho es sustentado por la realidad de los hechos; esto sin duda fue de gran valía para el electorado, poder contar por lo menos con un perfil conceptual del individuo, dado el fenómeno que rompió record de audiencias con 13.7 millones de personas y se emitieron 2.1 millones de tuits según mencionó el presidente del INE Lorenzo Córdova.
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