FACTOR ENTRE DOS
Por: José Efraín Caballero Sevilla
Cd. Victoria, Tam. Han transcurrido 2 años del triunfo histórico de la izquierda, asumiendo la titularidad del gobierno del México contemporáneo; por lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador dirigió un discurso a los ciudadanos, refiriéndose a los avances obtenidos en distintos rubros en nuestro país.
El titular del ejecutivo, Inició destacando que nunca se ha reprimido al pueblo, ni se han permitido masacres ni otras violaciones a los derechos humanos, y que se está haciendo justicia en el caso de los jóvenes de Ayotzinapa.
Estas declaraciones del presidente, resumiéndonos solo al primer párrafo expuesto, se vieron desdibujadas de manera casi inmediata, ya que horas después se informó del lamentable asesinato de jóvenes en un centro de recuperación de adicciones en Guanajuato.
Por si fuera poco, se cayó la acusación al principal señalado en el caso Ayotzinapa, quedando en libertad; ante la declaración de improcedencia de una Juez federal, desacreditando todas las pruebas en su contra. Aun así fue reaprendido, por otros delitos imputados. Estas dos acciones dieron un duro revés a la celebración del presidente por los 2 años de su victoria.
Es un hecho que la presidencia cuenta con gran simpatía de la ciudadanía, y se identifica con el modelo de políticas sociales, pero ya diversos sectores que le dieron su rúbrica el 1° de julio del 2018, están exigiendo resultados, ante la falta de soluciones en materias como la seguridad pública y economía.
Es claro que el poder ejecutivo, hablemos del presidente cuenta con el respaldo mayoritario del poder legislativo en las dos cámaras; contando con todas las herramientas para poder presentar iniciativas que procuren depurar el sistema de justicia, por lo que responsabilizar en lo individual a jueces y magistrados de actos de corrupción es legitimo, pero parcial ya que no se ha hecho nada por implementar mecanismos que sancionen eficazmente dichas prácticas.
La ciudadanía, le dio además de la presidencia, el control de la cámara de Diputados y Senadores, otorgando la capacidad de legislar y no se ha hecho, para contrarrestar este problema que lleva décadas, que sería abatir la corrupción en el sistema judicial y en diversos organismos mediante el periodo neoliberal.
Ante futuros escenarios, nos preguntamos qué sucedería si la izquierda perdiera la mayoría en las cámaras en las siguientes elecciones. La respuesta es que quedaría reducida la capacidad para llevar a cabo el proyecto y la agenda que presentó el Presidente al inicio del sexenio.
Otra forma de corrupción muy neoliberal que no se ha atacado, son las malas prácticas de instituciones financieras, que se sirven de la usura en el cobro de intereses, y que dada además su condición económica actual por la pandemia, no se está haciendo nada por proteger el patrimonio ciudadano y sancionar a estas empresas que abusan con el cobro de intereses de manera ilegal, siendo esta una demanda muy actual de los ciudadanos, esperando la intervención de las autoridades.
Recientes encuestas, según el diario nacional “El financiero” le da un 56 por ciento de aprobación, y por primera ocasión otro medio le da al presidente una mala calificación a su gestión, mostrando una desaprobación del 58 por ciento, según la empresa demoscopia Gea – Isa.
En diversas acciones de esta administración, la ciudadanía se muestra satisfecha con los programas de la izquierda progresista, como el apoyo económico a adultos mayores y a estudiantes mediante las becas, además del rescate a empresas productivas del Estado como CFE y PEMEX. Pero está en espera de mejores resultados, y las próximas elecciones del 2021 serán la mejor encuesta con carácter de oficial, que darán o no continuidad al proyecto de gobierno, signando diputaciones y gubernaturas, que serán clave para el rumbo del país, si continua por el camino de la izquierda o da un giro hacia la derecha política conservadora.
Querido lector, tenga un excelente fin de semana, nos leemos la próxima.
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