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Por: Carlos Lopez Arriaga
Cd. Victoria.- No es, por supuesto, el Monte Sinaí sino un viejo palacio del siglo XVI, ubicado sobre la avenida Pino Suarez, entre Corregidora y Moneda, en la capital mexicana.
Tampoco es MOISÉS, sino ANDRÉS el autor de estos diez mandamientos que el fin de semana previo nos han sido recetados contra el COVID19.
Sarta de recomendaciones que me permito retomar, una a una, en resumen ejecutivo. Comparto cada inciso por separado, seguido de mi respectivo comentario, con un asterisco (*):
PRIMERO
Recomienda el jefe de la nación mantenerse siempre informados de las disposiciones sanitarias. Seguir escuchando las conferencias que la Secretaría de Salud, en voz del subsecretario HUGO LÓPEZ-GATELL.
(*) IRREFUTABLE la necesidad de estar bien enterados, pero: ¿son las conferencias de LÓPEZ-GATELL la mejor fuente posible?, ¿Qué nos dice de sus errores predictivos en ese pico más alto que no llegó (como pronosticó) ni en abril ni mayo y del que, a ciencia cierta, tampoco se sabe cuándo llegará y si será uno o cuántos más?
SEGUNDO
Actuar con optimismo. El buen estado de ánimo es mejor para enfrentar las adversidades.
(*) BENÉVOLO, por principio, el consejo. Aunque importa alertar contra el optimismo ciego que vemos en la literatura de autoayuda. No cabe la alegría gratuita cuando la realidad es amarga, riesgosa en grado creciente y exige deslinde de responsabilidades.
TERCERO
Rechazar el egoísmo y el individualismo. Adoptar una actitud solidaria y compartir con los demás recursos que nos sobren.
(*) POR SUPUESTO, hay que ser desprendidos, generosos, magnánimos, aunque la solidaridad a ras de tierra jamás debe reemplazar a la que emprenda el estado, por las dimensiones de esta última y su carácter sistemático.
Sobre todo cuando vemos que las instituciones del gobierno federal se muestran (en efecto) egoístas en el suministro de equipo que proteja a los trabajadores de la salud en su lucha contra la pandemia.
O cuando constatamos que sigue siendo insuficiente el abasto de medicamentos contra el cáncer, entre tantas otras pichicaterías emprendidas en nombre de la austeridad.
CUARTO
Dar la espalda al consumismo. No hay que dejarse “envolver por lo material”. La felicidad, dijo, “no reside en la acumulación de bienes materiales ni se consigue con lujos ni frivolidades”.
(*) BUEN CONSEJO, aunque no aplica para orientar políticas públicas si estamos pensando en generación de empleos, reales, no en becarios ni beneficiarios de ayuda oficial.
Verdad de PEROGRULLO, para crecer y producir, el mercado necesita ventas vigorosas, es decir, clientela creciente que compre sus bienes y servicios. En una palabra, consumo.
Resulta interesante que un presidente mexicano presuma de no tener cuentas de banco ni tarjetas de crédito. Pero de ello, a que aconseje a sus feligreses tener sólo un par de zapatos, me parece que interfiere con la libertad de elegir.
QUINTO
Promover la cultura de la prevención. Ante esta y otras pandemias que puedan registrarse, la población debe adoptar hábitos como bajar de peso, hacer ejercicio y vivir en calma, “sin angustias y sin eso que se conoce como estrés.”
(*) MAGNÍFICO. Pero la prevención no se agota en el autocuidado. Los gobiernos están obligados a instaurar mecanismos regulares de aplicación permanente dentro del magno propósito preventivo.
Obra en esto el diagnóstico estadístico y el ejemplo más cercano son las pruebas masivas que permitieron enfrentar con éxito la pandemia a países como Alemania, Israel, Portugal y Rusia, por citar algunos ejemplos. En este campo, México está reprobado, al nivel de Bangladesh.
SEXTO:
Defender el derecho a disfrutar de la naturaleza, “gozar del cielo, del sol, del aire puro, de la flora y la fauna”.
(*) GRANDIOSO, aunque suena idílico, me recuerda un poco el ambientalismo “naif” de las revistas femeninas. Cuestionable porque se contradice con la deforestación brutal de manglares que supuso la refinería de Dos Bocas en el puro arranque de la obra y sin contar la contaminación que vendrá después, cuando entre en funcionamiento.
Además, lo está diciendo el jefe de un gobierno seriamente cuestionado por la afectación ecológica que provocará el tren maya. Amén de ese brutal recorte del 75% que golpea de frente a instancias como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) que, entre otras tareas fundamentales, sirve de salvaguarda a las Reservas de la Biosfera.
SÉPTIMO
Comer bien y natural. Optar por alimentos frescos y nutritivos, maíz, frijol, frutas de temporada, pescado (en particular el atún) y los animales que sean criados en patios o potreros, buscando además evitar los productos chatarra elaborados con exceso de azúcares, químicos y grasas.
Aconsejó igualmente a quienes tengan problemas de corte adictivo con el tabaco o el alcohol, que busquen tratamiento.
(*) ESTUPENDO en términos ideales, aunque entraña propósitos que no se cumplen por decreto. Sin avicultura intensiva (esas granjas a las que AMLO señala con dedo flamígero) no habría huevo ni carne de pollo suficientes para alimentar al país (como fantasea en su discurso) con puras gallinas de patio.
Imposible. Para ello se necesita un plan maestro, que (por supuesto) no lo tiene. Solo recomendaciones vagas, tan tiernas pero inefectivas como un consejo de abuelita.
Ni siquiera VICENTILLO FOX DE LA CONCHA (hijo del otro VICENTE) pudo cumplir su sueño de poner un establo con vacas en Los Pinos para que su “apá” tomara leche fresca por las mañanas. El Estado Mayor se lo impidió de manera tajante, con sobrada razón.
En cuanto a los productos chatarra, no es con discursos sino con las facultades que sobradamente le otorga la Carta Magna, como deberán meter en cintura a las empresas refresqueras, de frituras y pastelillos basura. ¿Se le olvida que es el presidente de México?
Respecto a su advertencia contra el alcoholismo y el tabaquismo, más bien parece frase de relleno, que insiste en una recomendación ya conocida en las instituciones educativas y de salud desde hace, al menos, medio siglo.
OCTAVO
Practicar algún ejercicio, no estar tanto tiempo sentado. “Camina, corre, ejercítate, medita y aplica lo que consideres que le hace bien a tu cuerpo.”
(*) BIENVENIDO el consejo, nada que reprochar al respecto. Ejercitarse caseramente es la mejor manera de prevenir el sobrepeso y abotagamiento derivados de la cuarentena.
NOVENO
Borrar conductas discriminatorias. Eliminar actitudes racistas, clasistas y sexistas. En su lugar, promover el reforzamiento de valores culturales. Añadiendo luego: “no olvidemos que la familia mexicana es la mejor institución de seguridad social en el país”.
(*) EN TEORÍA, nada que reprochar, aunque no olvidemos que cuando las mujeres protestaron por la ola de feminicidios, ANDRÉS MANUEL respondió que no quería tocar el tema pues tenía en su agenda mañanera la rifa del avión.
Y cuando las mujeres se manifestaron en las calles, las descalificó alegando que estaban siendo impulsadas por partidos y grupos afines a sus adversarios conservadores.
Se le escapó por ahí un pleonasmo innecesario, cuando habla de la familia. Si es “mexicana” por supuesto que es del “país”, faltaba más.
DÉCIMO
Seguir un ideal. Independientemente de la religión que se profese, el tabasqueño sugirió que cada uno de los mexicanos busque un camino de espiritualidad. Un ideal, una utopía, un propósito en la vida, “algo que te fortalezca y que te mantenga activo y alegre”.
(*) POCO QUE AÑADIR, salvo que el carácter laico del Estado no solamente garantiza la libertad de creer sino (también) la de no creer. Habrá muchos que siendo mexicanos no consideren necesario sendero alguno de orden religioso. Ni ideal, ni utopía, ni propósito de vida.
Gente que (muy en su derecho) encontrará en esquemas de pensamiento distintos al misticismo, la fortaleza necesaria para andar activa y alegre.
CONCLUSIÓN
Ignoro si otras manos revisaron tal escrito. Hay elementos para pensarlo así, alguien más en la intimidad pudo añadir el toque delicado, algo poético.
Respetable en fondo y forma, el texto presidencial sorprende por su contraste tan marcado con la tragedia sanitaria y económica que hoy enluta al país.
Las redes sociales reaccionaron con virulencia. Piden la renuncia de LÓPEZ-GATELL, la suspensión de obras suntuarias y la canalización de estos recursos al sector hospitalario.
Y tienen razón. El presidente está recetando aspirinas a un país en cuidados intensivos. Una nación policontundida está siendo tratada, muy apenas, con cataplasmas aromáticas.
La manera de apaciguar esta inconformidad reciente debe ser con hechos, no con discursos de coloración pastel, recetarios místicos, estampitas milagrosas y morralla espiritual de supermercado.
La gente pide a gritos rienda firme y rumbo claro. Una conducción adulta que deje a un lado agravios antiguos, piense y opere sin rencores sociales. Un mandatario para todos los mexicanos,
Si no es mucho pedir, un estadista.
BUZÓN: lopezarriaga21@gmail.com
WEB: http://lopezarriaga.blogspot.com