Posadas Navideñas, La Mejor Época Para Convivir en Familia.

LETRAS Y CAFÉ

Por Rosa  Isela Arriaga Montantes

 

Está por comenzar la navidad, época en que adornamos nuestros  hogares con flores de Nochebuenas, luces, muñecos hechos para la ocasión; el tradicional pino navideño, adornado con esferas, moños y luces, principalmente. Y no solo nuestros hogares, también las principales avenidas y calles están adornados con los mismos motivos navideños. Y toda la población se va sumando poco a poco  a esta celebración.

La navidad esta a la vuelta de la esquina, y con ella las mejores reuniones en que podemos compartir con la familia, y recordar el nacimiento de Jesús de Nazaret. Estas son las posadas navideñas, que por lo general se realizan por varios días, (pues comienzan el 16 de Diciembre y terminan el 24 de Diciembre).

Una de las tradiciones más bellas de estas posadas tan festejadas, es la famosa Pastorela, que es la representación de la llegada de María y José a Belén, para recibir al Salvador en un nacimiento lleno de esperanza, amor, y humildad.

Esta se celebra en las calles, en una procesión  donde la gente acompaña  a los participantes que van a representar a María y José mientras buscan una “posada” donde pueda “nacer el niño Jesús”.

Le contare, querido lector, que las pastorelas se iniciaron en Italia, en el siglo XVI; su nombre proviene de la palabra italiana “pasttorella”, que significa “pastorcilla, y era una obra teatral conocida como “Fábula Pastoril”.

Sin embargo, cuando los españoles conquistaron América, los primeros pueblos ya celebraban una especie de representaciones dramáticas teatrales, sobre la cacería, la guerra, las curaciones, etc., con fines religiosos dedicados a sus deidades.

Estas las celebraban en diferentes épocas del año, según la deidad a la que se dedicaba; las posadas en el México antiguo eran las fiestas de invierno que representaban el advenimiento de Huitzilopochtli, Dios de la Guerra, y que coincide en el calendario Juliano con la Navidad.

Un hecho que los misioneros franciscanos aprovecharon para suplantar poco a poco los ritos paganos de estos pueblos, cuando comenzaron a evangelizarlos.

A pesar que las pastorelas comenzaron a celebrarse en 1527en Cuernavaca, con la representación de “La Comedia de los Reyes”, y en 1530  con “La Natividad Gozosa de Nuestro Salvador”, la primera pastorela mexicana que se conoce, es “La Adoración a los Reyes Magos”.

Fue escrita en 1550 por el Fray Andrés de Olmos, filólogo Español del  náhuatl, huasteco y totonaco. La escribió en náhuatl, para poder llegar a la mentalidad y los corazones de los indígenas.

Con pasajes como: “id a darles la bienvenida. Dadles el parabién de su llegada; haya música, haya baile. Dadles honores, ponedles guirnaldas de flores”… pues la música, la danza y las flores eran elementos que consideraban indispensables para todo festejo, rito y ofrenda a sus dioses.

Hay que mencionar que “posadas” y “pastorelas” son dos cosas diferentes, que la mayoría no sabe distinguir, debido a que se fueron arraigando fuertemente las pastorelas, en las celebraciones originales de los primeros pueblos por influencia de los misioneros.

Las posadas son de origen exclusivamente mexicano; y son las representaciones que celebraban nuestros antepasados. Las pastorelas son las obras que celebraban los italianos, al representar el nacimiento de Jesús

El primero en representar el nacimiento de Jesús, en un pesebre de Belén, fue San Francisco de Asís en 1223, en su natal Italia, usando imágenes  de José, María, el asno, el buey y los pastores que llegaron a adorar al recién nacido Salvador. Una tradición que se extendió al resto del mundo.

Así, la unión de unas y otras tradiciones, dieron origen a lo que hoy en nuestro país conocemos como Posadas navideñas.

Los nueve días que duran las posadas también tienen su significado. El 1er día es dedicado a la humildad, para aprender a vivir en armonía; el 2o se dedica a la fortaleza, para realizar los deberes diarios y salir adelante; el 3o es dedicado al desprendimiento, para rechazar todo deseo que nos desvié de la fe cristiana; el 4o a la caridad, para amar al prójimo; el 5o a la confianza que hay que tener en la misericordia divina el 6o a la justicia, para obrar con rectitud; el 7o a la pureza , para rechazar el mal; el 8o a la alegría, para alcanzar el cielo y la gracia divina; y el 9o a la generosidad, para entregarse al servicio de Dios.

Lo importante de esta época tan bella y especial es la oportunidad que tenemos de poder convivir con nuestros seres queridos, amigo lector. Ya sea por la celebración de una pastorela, o de una pequeña fiesta en el hogar.

Ciertamente no pueden faltar los elementos distintivos de una posada propiamente dicha para los mexicanos; como la tradicional piñata, que tiene sus orígenes en china, y que normalmente tiene forma de estrella de 7 picos, mismos que para ellos representaban los 7 pecados capitales. La piñata se rompía con los ojos vendados; esto representaba la fe con que el ser humano se enfrentaba a esos males

Previamente se rellenaba de dulces, y al romperla y recibir la lluvia de dulces, esto representaba que se ha terminado con esos males y se reciben las bendiciones por las buenas acciones.

Pero hoy en día se rompe la piñata solo para convivir y divertirse, aunque se sigue rellenando de dulces. Y es por eso que la forma de las piñatas ahora varía mucho su forma, pues se hacen al gusto de los niños principalmente. También se reparten bolsitas llenas de dulces.

La cena navideña es el momento más importante de la posada, ya que está presente toda la familia, y se degustan platillos tradicionales de esta fecha, como el pavo o guajolote, los romeritos, y el bacalao; esto principalmente en la zona central de México.

Son muy populares también los tamales y el champurrado, la pierna rellena de cerdo, y carne asada, esto principalmente en el norte del país, aunque también se degustan en otras regiones de México; y qué decir del tradicional ponche de f rutas, los buñuelos y la ensalada de manzana.

Toda una fiesta llena de colorido, sabor y diversión; una fecha en que afirmamos lazos afectivos con la familia, y compartimos la alegría de haber llegado al final de otro año; reflexionamos sobre nuestras acciones y hacemos un recuento sobre las metas logradas.

Querido lector, seguramente Ud. también estará ya preparándose para esta gran fiesta; si no es así, ¡le invito a que haga¡ y le dé a su hogar un toque de alegría muy personal, y familiar. Le deseo muy bonitas posadas navideñas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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