Morales anunció su renuncia en un mensaje televisado desde el Trópico de Cochabamba, el bastión de los sindicatos cocaleros de los que sigue siendo el máximo dirigente.
“Ha habido un golpe cívico, político y policial”, dijo Morales, quien apareció junto a su vicepresidente, Álvaro García Linera.“Mi pecado es ser indígena, dirigente sindical y cocalero”.
Tras la renuncia, Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores de México, escribió en Twitter que la embajada de ese país en La Paz había acogido a 20 miembros del “Ejecutivo y Legislativo de Bolivia” y que también ofrecerían asilo a Morales “de así decidirlo”.
Morales justificó su renuncia como una decisión para evitar que continúe la violencia en el país tras tres semanas de enfrentamientos entre sus partidarios y sus detractores que han dejado al menos tres muertos y cientos de heridos.