Tras los enfrentamientos del fin de semana en el graderío, que obligaron a dar por terminado un partido en forma anticipada, las autoridades del futbol en México vetaron el miércoles por dos partidos el estadio donde juega el club filial del Atlético de Madrid en este país.
Los dos próximos encuentros en el estadio Alfonso Lastras, sede del Atlético San Luis de la primera división, deberán disputarse a puerta cerrada, dispuso la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol, que impuso además otras sanciones al club, incluida una multa.
El domingo, una riña entre las barras del Atlético San Luis y del visitante Querétaro provocó una invasión de la cancha y la interrupción del encuentro de la 14ta fecha, cuando se disputaban los minutos finales. Autoridades del estado de San Luis Potosí, reportaron un saldo de 25 lesionados.
Luego de realizar una investigación, el organismo encargado de imponer sanciones en el futbol local multó a cada club con 506.490 pesos (unos 26.500 dólares) por los hechos, y les ordenó prohibir el acceso de sus barras a sus respectivos estadios. Asimismo, los instó a negar la entrega de boletos gratuitos a los integrantes de esas barras para que acudan a sus partidos como visitantes, una práctica común en México.La prohibición para las barras incluye los eventuales partidos de liguilla por el título, que se disputa tras la campaña regular.
“La Federación Mexicana de Futbol reprueba los hechos de violencia sucedidos el pasado domingo 20 de octubre en el partido San Luis vs. Querétaro y reitera su llamado a los seguidores del futbol para que como miembros activos de esta sociedad, como profesionistas, funcionarios, padres de familia, estudiantes, niños, adultos y jóvenes, todos trabajemos para poner lo que nos toca para construir el país que queremos”, manifestó en un comunicado el órgano rector del futbol en el país.
La sanción implica que el Atlético de San Luis deberá disputar a puerta cerrada sus partidos ante América y Necaxa, por las 16ta y 18va fecha, respectivamente.
A los 84 minutos del encuentro que el Querétaro ganaba 2-0 en la cancha de su rival del centro del país, comenzaron a registrarse los enfrentamientos entre grupos de seguidores de ambos equipos. Las imágenes de la televisión mostraron el momento en que distintos aficionados se lanzaban barriles metálicos, trozos de madera y otros proyectiles. Algunos se agredieron a puñetazos o con sus cinturones.
El encuentro continuó por algunos minutos pero, al agravarse los choques, el árbitro Óscar Mejía detuvo las acciones. En un momento, las autoridades abrieron una reja, detrás de uno de los arcos, por la que era posible ingresar en la cancha desde el graderío.
Algunos aficionados descendieron al terreno, aparentemente con la intención de huir de la pelea, pero otros comenzaron a perseguir a distintos futbolistas. Mejía dio entonces por concluido el encuentro y se retiró a los vestuarios junto con los jugadores e integrantes de los cuerpos técnicos.