Danzas Polinesias. La magia y el misticismo de una cultura fascinante

 LETRA Y CAFÉ

Por: Rosa Isela Arriaga Montantes.

Hoy en día se puede ver un interés muy especial hacia las danzas modernas de diferentes disciplinas en nuestro país, sobre todo las de movimiento de caderas. Y existen un sin número de danzas extranjeras, como el Belli Dance, el Ballet, La Danza Contemporánea, el flamenco, por mencionar algunas.

No se sabe con exactitud cuando llegaron a México; pero comenzaron a desarrollarse aproximadamente a finales del siglo XX, a pesar de que ya había existido a principios de ese siglo un movimiento cultural con tendencias modernistas, caracterizado por la búsqueda constante de la recuperación del nacionalismo mexicano, reflejado después de la revolución.

Y no se puede negar que le dio un enorme impulso artístico y cultural a México, llegando a tener íconos importantísimos de estas artes, como José Arcadio Limón, bailarín, maestro de danza y coreógrafo mexicano-estadounidense nacido en Culiacán, Sinaloa en 1908, considerado el precursor de la danza moderna.

Guillermina Bravo, veracruzana nacida en 1920, bailarina de ballet clásico, coreógrafa y directora de ballet. Son solo dos ejemplos de los mucho que han ido surgiendo con el paso del tiempo. Impulso que se debió también a la influencia de otras personalidades extranjeras, como Isadora Duncan, Alicia Alonso, Martha Graham,  Ana Pavlova, Charles Weidman, etc.

Pero hubo otros tipos de Danza que se desarrollaron no hace mucho tiempo. Entre estas se encuentran las Danzas Polinesias.  La Danza Polinesia tiene su origen en las islas del sur del Pacífico, como Hawái, Tahití, islas Cook, Samoa, Nueva Zeland, Rapa Nui y otras. Y de alguna manera comparte, con el folklor mexicano, la idea de comunicar la esencia de la comunidad de la que proviene,  con fines sociales y religiosos. Ya que cuenta una historia en sus bailes.

La Danza Polinesia representa hábitos, sucesos diarios de la vida, cuentos sobre la naturaleza y algunas mitologías; y la música va cambiando dependiendo de la región. Se llama Hula a la danza, y se acompaña del Canto o Mele, enfatizando ambos en una perfecta coordinación de movimientos gestos y melodiosa voz, la vivencia, historia o culto a sus Dioses.

Cada movimiento de las manos, describe o imitan el movimiento de las olas del mar,  de las hojas de las palmeras y las flores, con el ir y venir del viento;  cuentan que ha salido la luna llena; que los pescadores salen a pescar en sus canoas; que en el cielo se aprecian las estrellas; que hace frio; que las montañas se aprecian a lo lejos.

Es tan fascinante esta mezcla compleja, del lenguaje hablado del idioma del lugar, con el lenguaje corporal y gestual al momento de interpretar cada baile. Una combinación única y hermosa. Y estos acompañados siempre de instrumentos muy especiales, generalmente elaborados  con materiales que se encuentran en la naturaleza, y muy propios de este maravilloso lugar.

Como el To’ere, idiofono hecho de tronco de sándalo, o palo de rosa. Fa’atete, tambor pequeño hecho tronco de sándalo y cuero.  El Ukulele, guitarra de solo 4 cuerdas. Pahu, tambor de piel de tiburón. Kala’au, palillos para llevar el ritmo en los tambores. Ipu, tambor individual de calabaza. Etc.

El vestuario es verdaderamente hermoso, pues además de vestir con sensuales pareos, también utilizan la naturaleza para adornar su atuendo, como la cascara de los cocos, hojas y flores nativas de la región, plumas de aves para elaborar  sus hermosos penachos, y collares hechos de conchas, estrellas y caracoles del mar.

Cada día son más las personas que se inclinan por esta bella danza. Un género que en realidad comenzó a difundirse en México en la década de los  70 u 80. Los estilos más reconocidos son el Hawaiano y el Tahitiano.

Del tahitiano, se pueden mencionar varios tipos de danza, como son: la Aparima, que se expresa mediante el movimiento de caderas con ritmos muy suaves,  gestos y movimientos de las manos. Las Oteas,  por el movimiento rápido de caderas, acompañado de instrumentos de percusión.  Un accesorio primordial del vestuario para interpretar las Oteas, es el uso de plumas o fajillas hechas con hojas naturales, que se colocan en la cadera. Los Tamures, danza tahitiana, acompañada de letra y música.

Kahiko, (antiguo hula) tipo de baile hawaiano acompañado de instrumentos y cantos tradicionales. Auana (nombre nuevo del Hula, que se le dio después de su evolución en el los siglos XIX  y XX. Se acompaña de cantos e instrumentos de cuerda, como guitarra,  el contrabajo y el ukelele.

En nuestra capital Cd. Victoria, el Tahitiano y Hawaiano comenzó a enseñarse hace apenas unas décadas. Fue Pionera de estas danzas la Maestra victorense Magda Martínez Cruz, hace casi 33 años, llegando a tener hasta 90 alumnas diarias. Causo un furor enorme, ya que este tipo de baile no se practicaba.

Hija de padre Japonés y madre Mexicana. Inició sus estudios de danza en la reconocida Casa Del Arte de nuestra querida Cd. Victoria, Tamaulipas,  desde muy joven, donde aun no se impartían este tipo de bailes.

Tomo su primer Seminario  en Veracruz, donde se dio cuenta que quería dedicar su vida a este arte, nos refiere. Hecho por lo que empezó a prepararse por 6 años consecutivos viajando a la Cd. de Tampico, Tamaulipas, y después a las grandes ciudades, como Monterrey, Cd de México, Guadalajara, León, Aguascalientes; tomó seminarios de nivel  Nacional e Internacional, con Kumus Hula de Hawaii, Tahiti, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, etc.

Abrió en Cd. Victoria su Escuela de Danza el 4 de enero de 1987, aceptando alumnas desde 3 añitos hasta mujeres de 70 años. Su grupo se llamaba entonces Ballet Tahitiano y Hawaiano, pero con el paso del tiempo optó por cambiar su nombre por  MAR-KRU Danzas Polinesias.

Participó con su grupo en concursos y seminarios en Reynosa, Matamoros, San Fernando, Mante, Monterrey, En La Pesca, invitada por Turismo,  a lo largo de 24 años, que duró su carrera de maestra de Danza, en la Casa del Arte.

Las clases de Danzas Polinesias se mantienen vigentes aquí en Cd Victoria, impartidas por la estimada maestra Magda Martínez Cruz. Así como por ex alumnas de su reconocida escuela que transmiten este bello arte, adquirido de la pionera del baile tahitiano y hawaiano en la región.

Toda una trayectoria que ahora rinde sus frutos, con la excelente participación de su muy conocido grupo, MAR-KRU Danzas Polinesias, en el pasado Concurso y Exhibición de Grupos de Ori Tahiti “Heihere” impartido por Cony Medina, ícono de las de las danzas polinesias y que fue celebrado el pasado día 4 de octubre en el Teatro de la UAT. Alumnas que ganaron primer y segundos lugares, en sus respectivas categorías.

Hago extensivas mis felicitaciones a Alejandra Estefanía Estrada Ledezma, por obtener el primer lugar en categoría de solista; a Syney Danyelle López Cisneros, por obtener el 2º lugar en categoría solista infantil; a Linda Cecilia Cisneros Perales, Evelyn Charles, Carmen Julia Zúñiga y Jessica García,  por su excelente participación, en sus respectivas categorías, solista y bailes de exhibición.

Enhorabuena, a todas ellas y a la maestra Magda Martínez Cruz, por su brillante labor y dedicación en la enseñanza de esta hermosa danza.

Amigo lector, la Danza en cualquiera de sus géneros, es un arte que trasmite, describe, sensibiliza. En especial las danzas polinesias, que deben ser enseñadas por KUMU HULA (maestros) capacitados, certificados y nombrados por grandes personalidades que han dedicado toda su vida a la conservación de sus costumbres, del protocolo hawaiano, con un amplio conocimiento de su cultura y sus deidades.

Le invito a practicarla. No hay una edad específica para aprender a bailar; además de ser  enriquecedora, ya que el alumno conecta la parte cognitiva con la emocional y espiritual, al memorizar pasos y secuencias de las coreografías.

El Hula es el medio de expresión corporal y espiritual que trabaja con la mente, el alma y el espíritu.

 

Apreciable lector, le deseo un excelente día.

 

 

Comentarios con tu cuenta de facebook