Hace solo unos días, Gildardo López Astudillo, alias “El Gil”, quien fue vinculado a la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y señalado como jefe del grupo criminal de los “Guerreros Unidos” en la plaza de Iguala, fue puesto en libertad luego de que un juez descartara las pruebas en su contra.
Recientemente, ha salido a la luz el macabro contenido que las autoriades encontraron en su teléfono celular durante las investigaciones: fotografías de personas torturadas, ejecutados, armas, reportes de enfrentamientos, todo eso y más fue hallado en el dispositivo del también llamado “El Cabo Gil”.
“El Gil”, quien fungía como “lugarteniente” de los Guerreros Unidos en el municipio guerrerense de Iguala, controlaba lo que sucedía en la zona desde su teléfono celular, el cual pudo ser una pieza clave durante la investigación en su contra debido a la amplia información sobre sus actividades.
Gran parte de ello quedó documentado en el dispositivo: fotos de personas torturadas, con severas heridas o extremidades amputadas, interrogatorios, la imagen de una mujer acompañada de dos niños, armas de fuego, reportes de medios de comunicación sobre los Guerreros Unidos, conversaciones con sus subalternos y jefes, estas son algunas de las cosas que fueron halladas en el celular de López Astudillo, según constataron periodistas de un conocido medio nacional.
Detallaron que entre el material también se encontraban fotografías de vehículos quemados, zonas resguardadas para peritajes, así como reportes de enfrentamientos que habían mantenido con otros cárteles como La Familia Michoacana y Los Rojos disputándose las plazas de la llamada Tierra Caliente.
Uno de los datos más destacados fue el papel que “El Gil” jugó en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, el cual fue determinante, pues fue señalado como el responsable de dar la orden de la ejecución y desaparición de los estudiantes, asegurando que pertenecían al grupo rival de Los Rojos.
Algunas conversaciones encontradas en su celular correspondientes a las fechas del atroz hecho arrojan ciertos indicios que reforzarían la hipótesis de su implicación.
En una conversación mantenida la medianoche del 5 de octubre de 2014, una semana después de la desaparición de los normalistas, se lee cómo “El Gil” le pide a su interlocutor, identificado únicamente con el nombre de “Tintán”, que le proporcione su número personal.
Postiormente, le envía el fragmento de una nota periodística referente al hallazgo de fosas clandestinas en Pueblo Viejo, a alrededor de 40 kilómetros de Iguala, donde fueron hallados restos humanos que presuntamente corresponderían a los de los estudiantes.
Como ves este pedo”, le pregunta “El Gil” a “Tintán”.
En otro mensaje, enviado a Sidronio Casarrubias, alias “El Chino”, quien estaba por encima de él en la jerarquía del cártel, Gildardo López dice algo refiriéndose al parecer a los estudianes, que corresponde con la versión oficial de lo sucedido:
Nunca los van a encontrar, los hicimos polvo y los tiramos al agua”, escribió.
El pasado 30 de agosto, un juez de Tamaulipas determinó que las pruebas en contra de Gildardo López Astudillo eran insuficientes y lo absolvió. El 2 de septiembre, “El Gil” fue puesto en libertad a pesar de los señalamientos en su contra.
A cinco años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, todavía se desconoce qué es lo que sucedió exactamente aquella funesta noche y su paradero.