Hernán Cortés, ¿neoliberal?
Cd. Victoria, Tam.- Recorrido temático del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR por hospitales rurales del IMSS en cuatro municipios de Tamaulipas.
En orden cronológico, las cabeceras de Tula, Hidalgo y San Carlos, el sábado 7, pernoctando en un hotel de Ciudad Victoria (#iStay).
El domingo 8 tocó el turno a Soto la Marina. A todas asistió el senador de MORENA, doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
El gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA se hizo presente en Tula y Soto la Marina. Salvo error u omisión de nuestros informantes, no se le vio en Hidalgo ni San Carlos. Parecido el caso del senador ISMAEL, su hermano.
Gira entre batas blancas, médicos, enfermeras, laboratoristas, dónde LÓPEZ OBRADOR se salió, como suele hacerlo, del programa.
Tocaría temas como el apoyo destinado a los adultos mayores (ocho millones de beneficiarios, dijo) mismo que irá aumentando de acuerdo a la inflación.
Retomó su tema favorito, el de la corrupción (“principal problema de México”) volviendo a poner de ejemplo a las naciones escandinavas (Suecia, Dinamarca, Noruega) al asegurar que dónde no hay corrupción, tampoco hay pobreza ni inseguridad (“tienen buenos niveles de vida”, “hay paz”, “hay tranquilidad”).
Significativo, el que apunte de nueva cuenta hacia los países nórdicos, hoy que sus adversarios insisten en vincularlo con el modelo venezolano (CHÁVEZ, MADURO).
Siendo objetivos, solo un puñado de obradoristas se identifica realmente con la revolución bolivariana. Entre los más ardientes, el antropólogo HÉCTOR DÍAZ-POLANCO, el dirigente del PT ALBERTO ANAYA, el diputado FERNÁNDEZ NOROÑA y (de vez en cuando) PACO TAIBO.
EL ORIGEN DEL MAL
Las fuentes de inspiración que mueven a LÓPEZ OBRADOR son tan diversas, heterogéneas, plurales, que difícilmente podríamos identificar al tabasqueño con la izquierda revolucionaria.
¿Hay fotos de AMLO retratado con el subcomandante MARCOS?, sí, pero MARCOS (hoy GALIANO) detesta al obradorismo y le ha pintado su raya de manera tajante.
En todo caso, tiene más fotografías con RICARDO SALINAS PLIEGO, a quien defiende con mayor entusiasmo que a FIDEL, el CHE o SANDINO.
Y, mire usted, aunque ANDRÉS MANUEL suele identificar al neoliberalismo (los últimos seis gobiernos) con la corrupción, en su mensaje de Soto la Marina fue bastante más lejos.
Medio milenio atrás, que no es poco. Haciendo una ampliación de su diagnóstico, ahora ubica la génesis de la inmoralidad pública con la llegada de HERNÁN CORTÉS, el fiero militar extremeño, de quién dijo:
-“Él mismo cometió actos de corrupción, cuando le toca repartir el tesoro de MOCTEZUMA, él se queda con una parte considerable del botín.”
Para luego seguirse de frente con la Nueva España:
-“En los tres siglos de dominación colonial, los virreyes hacían lo mismo.”
Luego el periodo independiente…
-“En el siglo 19, México fue país de dos hombres, ANTONIO LÓPEZ DE SANTA ANNA y PORFIRIO DÍAZ”, recordando que el primero “fue 11 veces presidente” y el segundo “34 años”.
Brincando entonces al siglo 20:
-“La revolución, a pesar de que fue un movimiento profundo, fue como un vendaval, no pudo arrancar la corrupción que existía en el porfiriato.”
Llegando así a los gobiernos postrevolucionarios, empezando con la anécdota cínica de ÁLVARO OBREGÓN, cuando perdió su brazo en Celaya, enfrentando a los villistas.
Al respecto, relata AMLO:
-“OBREGÓN decía que no encontraban su pedazo de brazo y que él le dijo a un amigo que lo conocía muy bien, saquen una moneda, un azteca y empiecen a mover el azteca por el terreno y se hizo el milagro, empezó el brazo a moverse y agarró el azteca.”
El pasaje referido viene de una entrevista que concedió el general OBREGÓN al escritor y periodista español VICENTE BLASCO IBÁÑEZ, quien textualmente lo cita:
“Mis gentes se encargaron de buscar el brazo por el suelo. Exploraron por todas direcciones sin encontrar nada. ¿Dónde estaría mi mano con el brazo roto? ‘¡Ya lo encontraré!’, dijo uno de mis ayudantes que me conoce muy bien. ‘Ella vendrá sola. Tengo un medio seguro’. Y sacándose del bolsillo un azteca de oro, lo levantó sobre su cabeza. Inmediatamente salió del suelo una especie de pájaro de cinco alas. Era mi mano, que, al sentir la vecindad de una moneda de oro, abandonaba su escondite para agarrarla con un impulso arrollador.” (BLAZCO, VICENTE, “El militarismo mejicano”, Editorial Prometeo, Valencia, España, 1920).
PREDICADOR EN JEFE
Parecería incluso que la fuente primaria de AMLO en materia de historia nacional son los libros de texto gratuitos. Se los sabe de memoria.
Tan marcada resulta esta querencia, que no solo los ha leído con febril devoción patria, sino que (incluso) los sigue consultando. Cabe sospechar que el libro de Historia de cuarto año acaso ocupe todavía un lugar en su buró de noche.
Ciertamente, los académicos modernos han tomado distancia de dicha “historia de bronce” poniendo en duda la veracidad de muchos pasajes que hoy forman parte de nuestro imaginario colectivo.
Entre el Pípila y el abrazo de Acatempan… ¿los niños héroes eran realmente niños?, ¿deveras alguien dijo frases como “los valientes no asesinan”, “si hubiera parque no estaría usted aquí”, “vamos a matar gachupines”, “la patria es primero”, “va mi espada en prenda”, “toma ese puñal y mátame”?…
Los estudiosos insistieron mucho en ello hace cosa de nueve años, en ocasión del bicentenario y el centenario de las gestas insurgente y revolucionaria.
El caso es que AMLO otorga credibilidad absoluta a dicha mitología nacionalista porque (cierta o no) proporcionó a la educación pública un conjunto de relatos sencillos, fáciles de contar y de entender.
Historias cortas y con moraleja, como las fábulas de ESOPO, LAFONTAINE, IRIARTE o las parábolas bíblicas, cuyo efecto didáctico y formativo nadie pone en duda.
Son referentes básicos de nuestra memoria popular que ya no hay que contar al detalle, baste aludir para que millones de mexicanos lo entiendan.
La duda que finalmente provoca el discurso obradorista en Soto la Marina es (1) si la corrupción llegó con HERNÁN CORTES entonces (2) no fue producto del neoliberalismo, (3) ni del prianismo o el salinismo.
Tendríamos que pensar en un concepto más antiguo y directo como el de la codicia desmedida. Avidez malsana, condenada, por cierto, por todos los códigos morales desde que el mundo es mundo.
Que sea tan vieja esta debilidad humana nos lleva a la trágica conclusión de que es más difícil de combatir de lo que pensamos.
Sobrevivió a la conquista y la colonia, imperó durante el México independiente, se trepó al caballo de la revolución, pudrió por igual a militares y civiles, populistas y neoliberales, de OBREGÓN a PEÑA NIETO.
Siendo tan resistente y con tal capacidad de adaptación, ¿Qué le impide enquistarse en la 4T?…
BUZÓN:lopezarriaga21@gmail.com
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