José Ángel Solorio Martínez
Los residuos de lo más nauseabundo del geñismo, todavía se mueven en Tamaulipas. Parte de ellos, es un sujeto –José Manuel Flores– que medra en los sinuosos laberintos de los medios informativos vendiéndose como experto en el asunto de la mass media. Bajo la protección del ex gobernador Egidio Torre Cantú, ha saltado de cargo púbico a cargo público sin el menor recato y con la mayor ineficienca.
Su última incursión fue con la alcaldesa reynosense, Maky Ortíz. No pudo cumplir la encomienda; para él, su tarea es el saqueo inclemente de las arcas públicas. La Makiavélica, es estólida pero intuitiva. Mantuvo en el área de Comunicación Social al ahijado de Eugenio Hernández Flores y de Egidio Torre, sólo unas semanas.
Muy pronto se dio cuenta que José Manuel resultó más voraz que ella y su familia.
(Que ya es mucho decir).
Y sucedió lo que se esperaba: el geñista fue defenestrado de fea forma del Ayuntamiento.
Antes, había saqueado la delegación Federal de la Sedesol por medio de interpósita persona –una familiar muy cercana– sangrando los programas de becas, de apoyos sociales y de empleos que eran cobrados pero no cubiertos por personajes fantasmas.
(Eso forma parte de una indagación que está en marcha en esa dependencia en Tamaulipas, que a la sombra de Rosario Robles, se desvirtuó y se pudrió sobremanera).
Otro de los atracos conocidos por José Manuel –sin olvidar los que realizó con Geño como alcalde y como gobernador– fue el trienio en que ocupó el departamento de Comunicación Social con el alcalde Oscar Almaraz Smer.
Almaraz lo salvó de ir a la cárcel.
Sus estropicios, que iban desde facturas falsas, hasta cobros por pagos a medios y periodistas modestos lo pusieron a un paso del penal de Tamatán. El alcalde Almaraz, metió las manos al fuego por él: negoció la entrega de la alcaldía a Xico, a cambio de la impunidad a él y a todos sus colaboradores.
Así salvaron el pellejo, José Manuel y Gustavo Rivera.
Ahora José Manuel pretende sumarse a algunos proyectos de MORENA.
En lo que asegura sabe hacer: la cosa de los Medios.
Quienes lo conocen, no le auguran que haga huesos viejos con sus nuevos aliados.
Sobre todo, porque es un pedazo de caca en un estanque: apesta y enturbia las aguas…
