La traición de Guajardo…

El dirigente del PRI tamaulipeco, Sergio Guajardo Maldonado con antelación, supo que su partido se desplomaría el uno de julio. ¿Cómo se enteró? ¿Quién se lo dijo? ¿Sigue siendo su jefe, el ex gobernador Egidio Torre Cantú?
El equipo de Oscar Almaraz Smer, recibió una evidencia, muy contundente: antes del registro de la planilla priista, encabezada por el alcalde con licencia, el dirigente estatal priista, se negó a firmar la autorización para su registro.
Guajardo Maldonado, dejó evidenciar su enfado: su hermana iba en el tercer lugar de la lista de regidores. Y el dirigente tricolor, la quería en el primer sitio. Si no cambiaba el orden de los ediles, no firmaría el documento para el registro. Así de tenso estuvo la concertación.
Almaraz Smer, se negó a negociar.
A pesar, de que el cierre del registro ante la autoridad electoral estaba a un par de horas.
Guajardo se montó en su macho.
El alcalde se tragó el coraje.
Almaraz encontró la tabla salvadora: habló con César García Coronado, el delegado de la Obras Públicas en San Luis Potosí. Este personaje, en la campaña interna de Guajardo por la dirigencia, había inyectado sumas muy sustanciales de dinero para aplastar a Oscar Luebbert Gutiérrez.
César entró al quite.
Habló por teléfono con Guajardo Maldonado. En términos muy candentes; violentos, podría decirse.
Hasta amenazas afloraron en ese diálogo.
Guajardo aceptó firmar la solicitud de registro de la planilla comandada por Almaraz. Su hermana, siguió en la tercera regiduría. La ruptura, estaba hecha.
El grupo de Almaraz Smer, ha hecho algunas inferencias: Guajardo Maldonado, conoció acuerdos cupulares en donde se entregaron varias plazas priistas al PAN tamaulipeco. Tampico, Victoria, Río Bravo y Matamoros. Y más: Egidio Torre, como dirigente real del institucional en Tamaulipas no estuvo ajeno a esas negociaciones.
El grupo Victoria, está moribundo.
Y como fiera herida y acorralada, es más peligrosa.
Guajardo Maldonado, desde el uno de julio, lleva un alacrán en el bajo vientre…