• Nuestro país cuenta con políticas para reducir las emisiones contaminantes, pero es necesario tomar acciones concretas, expuso el Premio Nobel de Química, egresado de la UNAM
• Es claro, enfatizó, que el problema del sargazo en el Caribe mexicano se debe al aumento en la temperatura y al cambio de acidez en los océanos
• Lamentó que el actual gobierno de Estados Unidos haya abandonado tratados internacionales para combatir el cambio climático
El nuevo gobierno debe regresar a los compromisos que el país adquirió para reducir el cambio climático y volver a ser líder en el tema, consideró Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995 y egresado de esta casa de estudios.
En conferencia magistral para los estudiantes de la Facultad de Química (FQ), remarcó que “debemos seguir siendo líderes para que el resto del planeta colabore y trabajemos juntos. Ya tenemos el Acuerdo de París, hay que asegurarnos de que se cumpla. No podemos quedar mal”.
En el auditorio Alfonso Caso, el fundador del Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, recordó que como parte del Acuerdo de París, cada cinco años se debe probar cuánto se ha avanzado. “Hay que hacer mediciones y verificarlas; no sólo nos hemos comprometido en el papel, hay que demostrar y rectificar lo que sea necesario”.
Molina consideró que es una responsabilidad importante regresar a los compromisos y planear refuerzos para futuras reuniones.
Hasta ahora, México cuenta con políticas para reducir las emisiones, pero se requiere de acciones que vayan más allá. La adaptación no es suficiente ante el cambio climático: es necesario promover que se resuelva el problema a nivel global.
Parte de la adaptación implica asegurarnos de que no haya desastres, como el sargazo, consecuencia del calentamiento de los océanos. El costo es menor si se toman las medidas anticipadas y adecuadas, y no esperar a ver las consecuencias, remarcó.
Tras recordar que hace poco investigadores de la UNAM lanzaron una alerta por la proliferación del sargazo en playas mexicanas, Molina Henríquez estimó necesario mantenerse en contacto con los especialistas en biología marina, que pueden ofrecer mejores soluciones. Es claro, enfatizó, que es una de las consecuencias del aumento en la temperatura y el cambio de acidez en los océanos.
Asimismo, lamentó que el actual gobierno de Estados Unidos haya abandonado tratados internacionales para combatir el cambio climático, pero recordó que no todos los estadounidenses están de acuerdo con su Presidente, como lo ha demostrado California y Massachusetts.
“La ciencia no nos dice qué hacer, eso lo debemos decidir nosotros, debemos tener valores para proteger a la sociedad y a las futuras generaciones… no se puede dejar que Donald Trump u otros gobiernos lo hagan, es una cuestión de valores y responsabilidad”, subrayó el Nobel mexicano.
Mejor educación
Acompañado por Jorge Vázquez Ramos, director de la FQ, Molina Henríquez reiteró la necesidad de mejorar los sistemas de aprendizaje, dejando atrás los modelos educativos tradicionales, en los que los alumnos sólo escuchan y no cuestionan.
“Cuando yo aprendí tenía que memorizar todo, eso está totalmente obsoleto, la mejor forma es haciendo ciencia, con experimentos, con todo planeado y organizado para que las cosas tengan sentido, para que el profesor esté preparado; ésa es la enseñanza activa”.
En México opera desde hace tiempo el Sistema de Enseñanza Vivencial e Indagatoria de la Ciencia (SEVIC), que podría ser adoptado por las universidades para que los alumnos lleguen a clase con un tema preparado y discutan al respecto en el salón para ser más críticos a futuro, concluyó Mario Molina.