*A través de estados psicológicamente intensos las personas suspendan su dimensión racional o
cognitiva
*La Unidad Cuajimalpa recibió al doctor José Antonio Díez Calzada, de la Universidad de
Barcelona
En el amor romántico es más común caer en el autoengaño a través de creencias
injustificadas o estados psicológicamente intensos o perturbadores que logran que
las personas suspendan su dimensión racional o cognitiva, explicó el doctor José
Antonio Díez Calzada, profesor de la Universidad de Barcelona, España.
Al dictar la conferencia Amor y autoengaño, en la Unidad Cuajimalpa de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) destacó que la epistemología se
ocupa de la justificación de las creencias que pueden estar o no justificadas con
base en la decisión tomada.
“La justificación no garantiza la verdad pues se pueden tener creencias
injustificadas pero verdaderas o creer cosas justificadas y ser falsas”, y partir de
ahí y reconocer que existen múltiples tipos de amor.
Díez Calzada precisó que cuando se está enamorado aparecen tres acciones
propias del amor pasional que se manifiestan en ciertas condiciones: las
reacciones físicas inusuales; las conductas eróticas o sexuales no comunes, y la
tendencia a realizar “cosas raras”, que pueden ser también cognitivas como el
autoengaño.
El coautor del libro Del amor y otros engaños: breve tratado filosófico sobre amor y
otras pasiones, resaltó cinco tipos de mecanismos aislados de autoengaño que se
dan durante el enamoramiento: el wishful thinking, que es cuando se cree en algo
porque así se desea; el wishful seeing, cuando se ve a alguien con ciertas
características por decisión propia y no porque así sea.
La racionalización, que es cuando se tiene una idea sobre algo, pero los motivos
no son decentes y entonces se justifica con otras atribuciones, o bien cuando algo
es inalcanzable y en vez de aceptar la frustración se argumenta que es
indeseable. La creencia de la peor explicación consiste en un argumento
injustificado por conveniencia o un mecanismo de auto compensación a un amor
no correspondido y el anómalo, cuando se quiere a alguien porque ya no se tiene.
El filósofo de la ciencia explicó que dichos mecanismos son utilizados para
analizar situaciones o imaginarios colectivos del amor romántico en la cultura
occidental y resumió tres de esos escenarios:
Don Juanismo: cuando la persona quiere vivir un número indefinido de veces la
emoción inicial de empezar un romance sin tener ningún compromiso. En este
caso no es esa persona quien se autoengaña sino el conquistado, que al conocer
sus actitudes cree que es diferente y que puede hacerlo cambiar porque siente
amor.
Amante escondido: tiene que ver con tener esposa y amante, ya que se cree
injustificadamente que la misma persona no puede realizar los dos roles, en una
mezcla de falacia en el sentido de que alguien puede realizar el rol de pareja, pero
no de amante y viceversa. Puede ser cierto pero no hay justificación, pues la
persona que funge como pareja puede ser, al mismo tiempo, amante de alguien
más.
Terrorista emocional: es aquella persona que no está enamorada, pero se
engancha por el poder que tiene sobre el otro ya que le puede rechazar y
reconquistar las veces que quiera. Es un estado en el que si la otra persona se
acerca es rechazada y si se va le reclaman, lo que puede causar en el afectado un
estado psicológico de gran fragilidad.
Por último, el doctor Díez Calzada señaló que cuando el amor se acaba también
aparece el autoengaño y es cuando brotan más creencias injustificadas. Se da en
tres momentos: la llamada falacia de Concord, que es cuando se está tan
emocionalmente involucrado que se cree que poniendo mayor esfuerzo es posible
mantener la situación; la variedad, que ocurre cuando no se ha consumado el
desamor y se crea confusión y, finalmente, el desamor consumado, momento en
que existe la certeza de que el amor terminó pero no hay aceptación, concluyó.
DURANTE EL ENAMORAMIENTO ES MÁS FACTIBLE CAER EN EL AUTOENGAÑO: ESPECIALISTA
Comentarios con tu cuenta de facebook