Polvorín
José Ángel Solorio Martínez
La alcaldesa de Tampico, Tamaulipas, Magdalena Peraza Guerra, -dicho por un connotado Notario jaibo, evento que puede constatarse en el Registro Público de la Propiedad- entregó como bono de marcha varios departamentos –de 5 millones cada uno- en un exclusivo fraccionamiento en Playa Miramar, a una de sus damas de compañía favoritas. El afecto estrecho entre las dos distinguidas damas, desde hace tiempo que trascendió a niveles de conocimiento social.
La jefa edilicia, se pasea día y noche con la chica de referencia, Isabel Goldaracena.
En tanto la alcaldesa y su amiguita, pasean desparpajadas por las calles de la ciudad, ésta se encuentra abandonada. Más de una docena de camiones destinados al servicio de limpieza, están en situación de chatarra.
Pareciera que la Presidenta, haya olvidado su tarea de servir a la comunidad y hoy se encargue en cuerpo y alma a mimar a su colaboradora.
Los departamentos, están ubicados en Velamar, uno de los complejos habitacionales más nice que se conozca en el sur de Tamaulipas.
Cada uno costó –a juicio de las escrituras, que se informó, personal de la alcaldesa tramitó- la discreta suma de 5 millones de pesos.
¿Es degradante o ilícito regalar a la pareja ese tipo de bienes?..
Por supuesto que no.
Y menos, cuando es un acto movido por la pasión.
Lo censurable del este nuevo acto de la maestra, es que lo realice con dinero que seguramente proviene del erario.
¿O acaso, ese –casi- millón de dólares salió del trabajo agotador de una maestra frente al pizarrón?..
El hecho, complica aún más la salida de Magda.
Se suma a un rosario de pillajes que ha realizado el Tesorero municipal con su anuencia.
El equipo de transición que ha puesto a trabajar el alcalde electo Jesús Nader tendrá un trabajo enorme: trasparentar los bienes municipales que deja Peraza Guerra y actuar en consecuencia.
La historia de amor de Magda, aún no termina.
Como sigue sin concluir la historia de pillaje que podría continuar en las áreas de procuración de Justicia del gobierno del Estado.
Final triste, para una modesta profesora que la perdieron las tentaciones del amor y del dinero…