La historia entrará por la Facultad de Ciencias (FC). Conel primer alumno de 12 años de
edad en una licenciatura de la UNAM, se abre uncapítulo de inclusión en la vida
universitaria.
El primer niño estudiante de esta casa de estudios se llama Carlos Antonio Santamaría Díaz,
quien ya había abrevado conocimiento en la Facultad de Química (FQ), en el Centro de
Ciencias Genómicas (CCG) y en el Instituto deInvestigaciones en Materiales (IIM), en
donde cursó diplomados y algunas materias,e hizo prácticas porseparado.
Está listo para, en la mañana del 6 de agosto, iniciar susemestre, y seguramente será el
único alumno que vaya de la mano de sus padres hasta la puerta del aula.
Carlos fija la mirada mientras toma su credencialmembretada entre el pulgar y el índice con
su número de cuenta, asignado al igual que los demás. Imagina los primeros pasos en la
licenciatura de FísicaBiomédica, también de las carreras más jóvenes de la Universidad
Nacional, a la cual llegó tras lograr 105 aciertos en el Concurso de Selección de Ingreso al
ciclo escolar 2019,como cualquier aspirante, sin concesiones ni venias.
No será un infante en tierra de gigantes, ni un adulto enciernes caracterizado de niño, es un
estudiante de alta capacidad cognitiva, juguetón, ruborizado, que ha desafiado al tiempo y a
las convenciones administrativas. La senda no ha sido generosa ni cómoda, pero con el
carisma de su voz de mañana, advirtió una primera metáfora: “sólo quiero estudiar; si me
cierran las puertas, me meteré porlas ventanas”.
El reto será de todos los días: luchar contra elescepticismo ante sus capacidades y
desempeño, pues también será la primera ocasión que sus compañeros, docentes y la
comunidad universitaria tengan en territorio puma a un alumno de licenciatura tan joven.
Será un crecimiento colectivo.
Universitario excepcional
La UNAM conoció a Carlos en 2015, a punto de cumplir nueveaños de edad, cuando se
aventuró, cursó y concluyó módulos en dos diplomados: uno sobre química analítica; y otro
en bioquímica y biología molecular para la industria farmacéutica, que imparte la FQ.
Hoy ha robustecido su vocabulario, gesticula, dibuja enel aire con sus manos al hablar y lo
delata en todo momento su risa infantil. Está feliz. “Es el sueño de tres o cuatro años
cumplido, el ‘medio fin’ que queríamos alcanzar, asícomo terminarla secundaria, la prepa…
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Con 12 a�os deedad, Carlos
Antonio Santamar�aesalumno de
la Facultad de Ciencias dela
UNAM
cumplido, el ‘medio fin’ que queríamos alcanzar, asícomo terminarla secundaria, la prepa…
pero se siente muy bien haber alcanzado esto”.
De manera convencional, Carlos debería tener su primerdía de clases uniformado, en
secundaria, pero será universitario, en el nivelsuperior. “Realmente quiero empezar, no
quiero tener expectativas porque casisiempre es diferente, me ha pasado. Elegimos la
UNAM porque aquícomenzó todo”.
La mayor dificultad para llegarfinalmente a las aulas de la Facultad de Ciencias,recordó,es
“que mis papás convencieran a las personas de que me dejaran hacer los exámenes de
secundaria y bachillerato, porque decían que seguramente era puro cuento”.
Reconoció que el examen de admisión fue muy duro: “Ya ves que trae cálculo, y yo todavía
no me metía muy bien a integrales; entonces, de las 15 preguntas que saqué mal
seguramente fue una de ahí, pero ahora he estudiado más y ya le entiendo bien”.
¿Cómo te enteraste que fuiste aceptado en estaUniversidad? Carlos hizo memoria: “Es
toda una historia. La noche anteriorhabía llovido muchísimo y se fue la luz, queríamos
checar los resultados,entonces mi papá conectó el módem a la corriente de la batería del
coche, y así nos enteramos. Muy de mañana, mientras mi papá buscaba el folio yo daba
vueltas alrededor de la mesa. Lo mínimo para entrar eran 103 aciertos, vi el folio y tenía
105,estaba aceptado”.
Futuro
Carlos y sus padres Arcelia Díaz y Fabián Santamaríaviven ahora en Cuernavaca, a unos
pasos del Centro de Ciencias Genómicas (CCG)de la UNAM campus Morelos, en donde
este niño de excepción hizo una estancia semestral.
Bajo el clima húmedo de la capital de Morelos, Carlosconfió que ya tiene varios proyectos
académicos, uno es en bioquímica. “Creo que podemos reconstruir una célula, curar todas
sus enfermedades, por ejemplo la mitocondria, que tiene una membrana exterior y una
interior. Aunque es relativamente sencilla tiene unmontón de componentes: proteínas, hasta
su propio ADN,ribosomas; se puede tratar de crear unmedio.
“Construir una mitocondria desde cero, identificartodos sus procesos, relacionarlos y poco
a poco reconstruir esos procesos en la vida real, y hacer una pequeña población de
mitocondrias, generar un medio en el que se puedan desarrollar. Podemos seguir con los
demás organelos hasta conseguir una célula completa y de ahí curar casi cualquier
enfermedad”,explicó.
Cuando le preguntan cómo llegó a este momento, el ahora alumno de la UNAM responde:
“Es estarle dando, nunca decir‘no se puede’, me voy a regresar a la primaria. Siempre hay
una forma de entrar. También estudié por Internet, así he aprendido biología, cálculo, pero
además hay que tenerel apoyo de toda tu familia, lo más importante. Mis padres han hecho
más que yo, ellos han preparado todo, y yo sólo estudio y apruebo los exámenes, pongo la
última pizca para pasar a lo siguiente”.
Carlos lleva la ciencia hasta los límites de lo lúdico, asegura que le gusta programar y jugar
videojuegos. “Mario Bros sigue siendo elclásico, la base para todo. Me gustaría hacer un
videojuego, he trabajado en eso, lo he tenido que detener un poco, pero he estado
trabajando en uno de bioquímica.
“Me gustaría encontrar más niños como yo, ayudarlos conlo que no les deja hacer la
primaria o la secundaria, decirles por dónde pueden ir para seguir aprendiendo, porque
nunca se debe parar”.
Sus genes
Los padres de Carlos se conocieron bajo el agua en la albercade Ciudad Universitaria,
como parte del equipo de Triatlón de esta Universidad. Cuando unieron sus vidas pensaron
que tendrían un hijo deportista.
“La estructura del sistema educativo nacional existe, gracias a eso recibimos apoyo de
autoridades, de legisladores, de la SEP en elárea de enlace, para que sus exámenes de
primaria y secundaria fueran muy expeditos: hizo exámenes para adultos, aunque debieron
habersido exámenes únicos para niños, pero no existen,” indicó el orgulloso papá.
Arcelia Díaz, su mamá, es maestra de educaciónfísica, proviene del municipio guerrerense
del mismo nombre, uno de los de mayoríndice de rezago socialen el país. “Tenemos la fama
de ser gente brava, pero también noble, hospitalaria, alegre, y esas características las tiene
Carlos”, aseguró.
POR PRIMERA VEZ EN SU HISTORIA, LA UNAM MATRICULA EN LICENCIATURA A UN ALUMNO DE 12 AÑOS DE EDAD
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