En medio de la pérdida del registro nacional del PRD, la oposición se debate entre adoptar una postura más conciliadora con el próximo Gobierno, o crear un nuevo partido político.
Después de una derrota monumental frente al oficialismo, los liderazgos de la oposición en México, en lugar de mantener la unidad, terminaron poniendo al descubierto sus grietas y, con ello, colocando en un serio predicamento su alianza.
Por otro lado, ni siquiera serán un obstáculo para el Gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) tendrán una mínima representación en el Congreso de la Unión y serán incapaces de impedir la aprobación de reformas a la Constitución a partir de la próxima legislatura.
Ya con solamente seis gubernaturas, los partidos de oposición hacen frente a uno de los momentos más críticos de su historia. De no hacer ajustes en sus estrategias y plantear cambios de fondo, corren el riesgo de ser cada vez más irrelevantes en el escenario político.
Barajando opciones
Xóchitl Gálvez, quien fue la candidata presidencial de la oposición, declaró horas después de los comicios que el presidente nacional del blanquiazul, Marko Cortés, le había “reclamado” con aspavientos su decisión de llamar por teléfono a Claudia Sheinbaum para felicitarla por su victoria, arguyendo que se había tratado de una “elección de Estado”.
La narrativa del líder panista que pretendía poner en cuestión la elección, sin embargo, no cuajó. Y es que luego de que concluyó el cómputo distrital, la ventaja de Sheinbaum se amplió todavía más en medio de las quejas de los representantes de los partidos políticos que abanderaron la candidatura de Gálvez.
Ya con solamente seis gubernaturas, los partidos de oposición hacen frente a uno de los momentos más críticos de su historia.
Con todo, el Frente Fuerza y Corazón por México ya ha presentado varios recursos de impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJ), alegando inequidad en la contienda, así como la intromisión ilegal del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Más allá de que estas quejas se resuelvan a su favor, la oposición se encuentra desdibujada. Y todo apunta a que su papel no será sino testimonial en la deliberación política durante por lo menos los primeros tres años de Gobierno de Claudia Sheinbaum.
Si bien durante el segundo tramo del Gobierno del presidente López Obrador la oposición logró la derrota de varias de las reformas constitucionales propuestas por el político tabasqueño, entre ellas, la eléctrica y la judicial, a partir del 1 de septiembre el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados contarán con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, esto es, con dos terceras partes de los votos.
Mientras que, en el Senado, a Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) les harán falta solo dos legisladores para aprobar reformas a la Constitución, con lo cual, Sheinbaum prácticamente tendrá el camino despejado para materializar las iniciativas que no pudieron aprobarse durante el Gobierno de AMLO.
En este contexto, incluso no se descarta la posibilidad de que el partido Movimiento Ciudadano contribuya a aprobar varias de las reformas. De concretarse este escenario, las iniciativas serían votadas por una aplastante mayoría.
Así las cosas, algunos miembros y dirigentes de la oposición han manifestado que es necesario llevar a cabo cambios de estrategia de cara al segundo Gobierno surgido de las filas de la denominada ‘Cuarta Transformación’.
Hay quienes proponen desde comenzar por realizar una “profunda reflexión” sobre lo sucedido el pasado 2 de junio; por otro lado, hay quienes sugieren “abrirse a la posibilidad de ya no decirle que no a todo” lo que propone el oficialismo; otros, los menos, consideran que la mejor opción es apostar por la creación de un nuevo partido político.
El ocaso del PRD y fragmentación en ciernes
La alianza electoral y legislativa fraguada por Claudio X. González Guajardo, hijo del empresario Claudio X. González Laporte, está en vilo luego de que, oficialmente, el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que el partido del sol azteca no podrá mantener su registro como organización nacional.
Por su parte, tanto en el PAN como en el PRI hay voces de inconformidad que exigen la renuncia de Marko Cortés y Alejandro Moreno, los presidentes nacionales que, a decir de buena parte de la militancia, son responsables de haber llevado a estos dos partidos a una debacle sin parangón.
A pesar de la derrota, tanto Marko Cortés como Alejandro Moreno, hasta la fecha se oponen a renunciar a sus cargos. Hacerlo en este momento, argumentan, no haría sino “agravar la crisis” de ambas organizaciones políticas.
El descontento no es menor y es que no pocas voces dentro del PRI y el PAN consideran que, construir una coalición entre organizaciones políticas con ideologías y principios tan distintos entre sí, no les hizo sino restar aún más credibilidad ante la opinión pública, con todo y que postularan como candidata a la Presidencia un perfil sin membresía partidista.
Claudio X González Guajardo apostaba que las manifestaciones de la ‘Marea Rosa’ se traducirían en votos a favor de Xóchitl Gálvez, habida cuenta de que está última fue ungida como la figura principal durante la última marcha que realizaron, días antes de la veda electoral. No fue así.
Y la victoria de Sheinbaum fue tan arrolladora que, incluso los más férreos opositores al proyecto político de López Obrador, ya buscan reacomodo e inaugurar una relación de nuevo tipo con el próximo Gobierno.
Es el caso del padre de González Guajardo, quien en contraste con el también fundador de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad A.C., ha optado por asumir un tono conciliador.
La semana pasada, Claudio X. González Laporte, integrante del Consejo de Administración de Kimberly Clark en México, sentenció que Claudia Sheinbaum “tiene la oportunidad de ser una muy buena presidenta”.
El magnate asistió a la reunión que Claudia Sheinbaum mantuvo con el Consejo Coordinador Empresarial y, aunque no fue recibido personalmente por la virtual presidenta electa, la presencia de González Laporte no fue sino una señal de su disposición al diálogo.
¿Un nuevo partido por efecto de la ‘Marea Rosa’?
Otra de las opciones que se encuentran barajando algunos de los liderazgos de la oposición es el lanzamiento de un nuevo partido político.
Incluso los más férreos opositores al proyecto político de López Obrador, ya buscan reacomodo e inaugurar una relación de nuevo tipo con el próximo Gobierno.
Y es que ante el descrédito en el que se encuentran sumidos los partidos del viejo régimen, contemplan la posibilidad de fundar una organización política que permita dar cauce a ese ‘antilopezobradorismo’ que ha logrado permear en algunos sectores de la sociedad.
Este nuevo partido político, que buscaría sacar rédito de las movilizaciones en contra de las reformas formuladas por el presidente López Obrador, estaría llamado a convertirse en la principal plataforma electoral para competir con el oficialismo.
Así lo expuso Guadalupe Acosta Naranjo, representante del PRD ante el INE, quien ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de, por un lado, “renovar el sistema de partidos” y, por otro lado, hacer a un lado la “marca del PRIAN”.
De insistir en apostar por una alianza electoral entre el PRI y el PAN, según Acosta Naranjo, la oposición terminaría por cargar con una “desventaja estratégica” frente a Morena y sus aliados.
De acuerdo con el también líder de la corriente Nueva Izquierda, algunos de los intelectuales críticos del oficialismo, como el historiador Enrique Krauze y el antropólogo Roger Bartra, han manifestado la pertinencia de formar una nueva organización política.
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Sin embargo, paradójicamente, se ha propuesto que sea el propio Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, quien quede al frente de la nueva organización, con lo cual, más que una agrupación constituida con perfiles distintos, todo parece indicar que lo que se busca construir, en realidad, es un refugio para los dirigentes del partido del sol azteca.
Los presidentes nacionales del PAN y el PRI, no obstante, no han hecho eco de la propuesta formulada por los perredistas, tampoco Claudio X. González Guajardo, quien desempeñó un papel clave en la conformación de la alianza de estos tres partid