TRABAJO Y SALARIO.

Siempre, pero siempre, los candidatos en campaña ofrecen gestionar o apoyar que se tenga trabajo y que se reciban sueldos dignos. Y es que, en México, de pronto nos espantamos con el mísero salario mínimo aprobado por la Comisión respectiva: para este año es el 88.36 pesos y, quizá no lo crean, pero hay personas que ganan el salario minino, solo uno, porque otras perciben hasta 10 o más salarios mínimos, según sea el trabajo.

 

La cuestión del valor del trabajo siempre es cuestionable: la diferencia entre lo que unos ganas y otros, a veces, es tan abismal, que uno no se explica porque sucede eso; la diferencia entre el hombre y la mujer, pese a los avances, sigue persistiendo. Asi, hablar del trabajo y del salario, siempre es polémico; y más ahora que el virtual Presidente electo ha señalado la reducción de salarios para los servidores públicos.

 

PREFIERO GANAR 80 PESOS.

En mi afán de practicar tomar fotografías un día fui testigo, en el mercado de Tula, de como un cliente, de la ciudad, regateaba el precio de un molcajete. Interesado pregunta el precio y le responden que 100 pesos; se le hace caro, que tiene la desfachatez de ofrecer solo 80 pesos. Y no, no se lo vendieron a ese precio, pero le dice el señor: si anda por aquí a eso de las 2 de la tarde, dese una vuelta, si aún no lo vendo, se lo lleva en 80 pesos. No supe que paso al final.

 

Le pregunte, porque hasta las 2 de la tarde y su respuesta me dejo sorprendido: imagine usted, para hacer un molcajete tardo un día completito, si lo vendo en menos de cien pesos solo voy a sacar el costo del material, pero además todo el tiempo que le invertí… pero si no lo vendo, no voy a llevar nada a casa. Por eso, me reitero, al final si el señor aun lo quiere, pues a ese precio se lo lleva. Por eso, de siempre, mi hija me recomienda: no olvides el comercio justo, no regatees a los indígenas, a la gente del campo, el precio de sus productos.

 

RESPONSABILIDAD Y SUELDO.

Dentro del gobierno, o de la iniciativa privada, hay distintos niveles sean directivos o gerenciales; entre más altos, más responsabilidad y, se entiende, mejor sueldo; así, en un trabajo, digamos operativo, en donde el riesgo para el trabajo es menos, pues menos es el salario. En PEMEX  quienes trabajan en las plataformas petroleras ganan muy bien: pero van a trabajar, duran días y, cuando hay accidentes, pueden sufrir las consecuencias, que a veces pueden ser fatales.

 

Andrés Manuel López Obrador ya anuncio que va a ganar el 60% del sueldo de Enrique Peña Nieto, que serán 108 mil pesos. Y de rebote, afirma, obligara a que se cumpla la disposición de que nadie puede ganar más que el Presidente; luego entonces, diputados, senadores, magistrados, consejeros electorales, de transparencia y de otras organizaciones verán, de la noche a la mañana, aniquilados sus jugosos sueldos: las leyes, dicen unos, no son retroactivas.

 

AJUSTE SALARIAL.

AMLO aun no es declarado Presidente legalmente y tardara meses en tomar posesión. Aunque ya, los presuntos líderes de las dos Cámaras (Senadores y Diputados), advierten del plan de austeridad, de que reducirán dietas de los legisladores, van apareciendo voces que claman no recorten el presupuesto en determinadas áreas, como el del Servicio Diplomático. Se prevé, en ciertos, casos, que habrá desbandada… ¿será eso lo que desea AMLO? Para no correrlos.

 

Es cierto, es necesario un ajuste salarial de los servidores públicos: hay alcaldes, hasta de municipios chiquitos, que tienen un jugoso sueldo, no se diga síndicos y regidores. Y esos, entiéndase, son los ingresos formales, falta anotar los que se obtienen de prebendas, privilegios, tráfico de influencias, actos de corrupción… porque es evidente que cada tres años, o seis, hay nuevos ricos, que no es creíble serlo con los sueldos que tienen. Los sueldos de los Magistrados de la Supremo Corte son, digamos, escandalosos.

 

SALARIO MINIMO AL PRESIDENTE…

Ya en la época de los 70´s se exclamaba en algunas marchas de estudiantes como de obreros: Salario mínimo al Presidente, para que sepa lo que se siente. Tiene sentido: un obrero, una empleada de un comercio, de una maquiladora, ganan poco, son explotados. Sus ingresos son tan mínimos, como el salario mínimo, que no tienen permiso para enfermarse ni la oportunidad de comerse un buen filete de carne de res. Es lo que hará AMLO, pero recuerden, el no necesita sueldo, no lo tuvo en sus años de campaña.

 

 

 

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