La promoción de las opciones de regularización permanente fue uno de los principales puntos abordados en la cumbre convocada por Andrés Manuel López Obrador.
El Encuentro de Palenque, celebrado este domingo en la ciudad mexicana del estado de Chiapas, y que ha reunido a mandatarios de Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, México, Panamá y Venezuela, concluyó con un comunicado conjunto para abordar el aumento de los flujos migratorios irregulares en esos países.
Coincidieron en valorar que las principales causas estructurales de la migración son de orden político, económico, social y medioambiental y en que las “medidas coercitivas unilaterales de naturaleza indiscriminada” afectan a poblaciones enteras, especialmente a las personas más vulnerables, así como en priorizar el enfoque de derechos humanos y fomentar la responsabilidad compartida.
Además de la elaboración de un plan de acción para atender esas causas estructurales que abordará desde la autosuficiencia alimentaria hasta la seguridad energética, pasando por la autosuficiencia sanitaria y la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de personas, los acuerdos alcanzados incluyeron el fomento del comercio intrarregional y replantear la deuda soberana.
Si el centro de las conversaciones lo ocupó la necesidad del trabajo conjunto y el abordaje de las causas que impelen a sus ciudadanos a emprender la migración incluso por caminos peligrosos, otros asuntos tangenciales también recabaron la unanimidad.
Los derechos humanos en el centro del debate
Los reunidos en Palenque hicieron una serie de llamamientos a los países de origen, tránsito y destino de la migración irregular. En primer lugar pidieron que se implementen “políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes“.
También exhortaron a que se promocionen las opciones de regularización permanente y que se abandonen las políticas y prácticas migratorias que produzcan arbitrariamente “efectos llamada” o “efectos disuasivos”, como es la regularización de ciertas nacionalidades.
Así, solicitaron que los países de destino amplíen las “vías regulares, ordenadas y seguras de migración”, fomentando la movilidad laboral y la reintegración y retorno de trabajadores temporales.
Además, se hizo hincapié en la atención de las personas que se encuentren en necesidades especiales de protección y en fortalecer las políticas para conseguir tránsitos seguros.
Rechazo a las sanciones estadounidenses a Venezuela
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, agradeció a su homólogo mexicano “su firme rechazo a las sanciones contra nuestro pueblo que han sido causa fundamental de la migración” en su país.
El mandatario venezolano también dio las gracias al resto de Gobiernos asistentes “por el apoyo unánime a Venezuela, para exigir el levantamiento total de todas las sanciones criminales e ilegales sobre nuestra Patria”.
De hecho, aunque no se encuentra incluido de manera explícita en el comunicado conjunto difundido, sí han sido varias las alusiones que se entienden dirigidas a la situación de Venezuela y de Cuba, como el recogido en su punto número 3: “Instar a que se levanten las medidas coercitivas unilaterales impuestas a países de la región, en tanto son contrarias a derecho internacional y tienen graves repercusiones más allá de los países objetivo”.
EE.UU. en el punto de mira
Las declaraciones de los distintos mandatarios, así como el texto consensuado por la decena de países, puso en el foco la política migratoria de los EE.UU.
Además de las críticas vertidas por Maduro, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, tras reiterar el compromiso de su país con una migración regular, segura y ordenada, arremetió contra el Gobierno estadounidense, responsabilizándole de la “incitación permanente a la migración irregular de cubanos que llegan o se proponen llegar a sus fronteras, con medidas de asfixia económica y facilidades para los migrantes” de este país.
También el anfitrión y presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, después de recalcar la necesidad de unirse y sumar esfuerzos en el fenómeno migratorio, “porque es un asunto humanitario de primer orden”, ha vuelto la mirada a su vecino del norte apuntando a los “bloqueos y decisiones que se toman desde el extranjero”.
Así, aludía a EE.UU., de quien dice que “es muchísimo más el recurso que destina al armamentismo para las guerras que lo que destina a la cooperación para el desarrollo”.
“No podemos quedarnos esperando a que se tomen iniciativas de fondo desde el Gobierno de EE.UU., tenemos que actuar y podemos hacerlo, nos podemos ayudar mutuamente”, afirmó López Obrador al comienzo del encuentro.
La difícil situación de Haití
El comunicado conjunto menciona específicamente a dos países. Uno de ellos es Cuba, a cuyo Gobierno instan junto al estadounidense a “sostener en el menor tiempo posible un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales”.
El segundo es Haití, inmerso en una crisis política y social desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Los reunidos en Palenque se comprometen a apoyar al país caribeño “a fin de restablecer un entorno de seguridad humana para la normalización de la situación política, económica y social, con enfoque de desarrollo sostenible”.
La violencia de las pandillas, la inestabilidad política y los fenómenos climatológicos adversos de los últimos años han provocado que alrededor de la mitad de la población del país necesite ayuda humanitaria, según estima la Organización Internacional de las Migraciones.
Así, desde hace varios años se está produciendo un éxodo de ciudadanos haitianos dirigido hacia diferentes países del continente, especialmente hacia la vecina República Dominicana y hacia EE.UU.