La Cancillería de Rusia publicó un informe en el que se enumeran las atrocidades cometidas por parte del Gobierno ucraniano contra la iglesia canónica con el fin de liquidarla en su territorio.
Mientras que las organizaciones internacionales no reaccionan adecuadamente a la persecución masiva del régimen de Kiev contra la canónica Iglesia ortodoxa ucraniana (UPTs), una rama del Patriarcado de Moscú, Occidente, liderado por EE.UU., está aprobando tácitamente las acciones ilegales de las autoridades ucranianas, sostiene el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
De acuerdo con un nuevo informe publicado este miércoles, la presión sistémica a gran escala contra la UPTs, que comenzó en el 2018 y se intensificó especialmente tras el inicio del conflicto ucraniano, tiene como objetivo liquidar la iglesia canónica en el país. Para ello, el Gobierno ucraniano ha creado la base legislativa pertinente. Así, Kiev y Occidente “intentan separar a los pueblos ruso y ucraniano ydestruir la cercanía espiritual de los creyentes ortodoxos de ambos países”.
Proyectos de ley discriminatorios
Hasta el 16 de junio de 2023, se han registrado en el Parlamento ucraniano nueve proyectos de ley discriminatorios contra la UPTs. En general, todos proponen la prohibición total de la iglesia canónica, la nacionalización de sus propiedades, la liquidación forzosa de todas las comunidades, la incautación de monasterios y el aumento de la presión sobre ella por parte de los servicios de seguridad ucranianos.
Uno de esos proyectos incluso prohíbe que las comunidades de la UPTs se autodenominen ‘ortodoxas’ si no se han unido a la recién creada cismática Iglesia ortodoxa de Ucrania (PTsU), promovida por Kiev, a la que el patriarca Bartolomé de Constantinopla concedió la autocefalia en el 2019, violando las normas del derecho canónico, o no han recibido permiso de esta.
“Los iniciadores no ocultan que su objetivo es vulnerar los derechos de las comunidades y los creyentes de esta confesión, apoderarse por la fuerza de sus bienes, privarla de su nombre histórico y legal, prohibirle que se autodenomine ‘ortodoxa’ y, por último, privarla de la posibilidad de llevar a cabo actividades en el territorio de Ucrania”, afirma la Cancillería rusa.
Registros y detenciones de clérigos “por motivos descabellados y políticos”
Además, se subraya que entre mayo y diciembre del 2022, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), en cooperación con otras agencias, llevó a cabo registros masivos no autorizados en monasterios y otras instalaciones de la UPTs en todo el país.
Cabe señalar que las pruebas se limitaron a literatura teológica, litúrgica e histórica en ruso o a falsos panfletos de propaganda, que en algunos casos se colocaban en presencia de las víctimas.
Por ejemplo, en noviembre del año pasado, durante un registro de un monasterio, los agentes del SBU supuestamente encontraron panfletos con fragmentos de varios sermones del patriarca Kiril, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, sacados de contexto y seleccionados de forma provocativa para formular un llamamiento a rechazar la soberanía de Ucrania. Por su parte, los testigos señalaron que los panfletos se encontraron en un desván húmedo y sin calefacción, sin embargo, “todo lo que yace allí -libros o papel- se humedece inmediatamente y se cubre de hongos, mientras que estos panfletos estaban nuevos y secos”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso señala que, como resultado de las acciones de los servicios de seguridad ucranianos, se han abierto causas penales contra el episcopado y sacerdotes de la UPTs “por motivos descabellados y políticos“. Solo desde el 2022 se han iniciado 61 procesos penales y se han dictado 7 sentencias.
Tomas de templos por la fuerza y amenazas de muerte
También se han registrado muchos casos de desapariciones y secuestros de clérigos, pruebas de sus torturas, así como muertes en circunstancias inexplicables.
Por ejemplo, en marzo del año pasado, en una localidad situada en la región de Ivano-Frankovsk, personas armadas se apoderaron de un monasterio de la UPTs, que posteriormente fue entregado a la PTsU. Golpearon al anciano vicario, lo secuestraron y lo retuvieron por la fuerza durante varios días. Posteriormente, el vicario fue llevado a un bosque de una región vecina y liberado con la exigencia de no regresar al territorio de Ivano-Frankovsk bajo amenaza de muerte.
Cabe señalar que las tomas de monasterios por la fuerza, oficinas, instalaciones educativas y otras propiedades de la Iglesia ortodoxa ucraniana es una práctica habitual en Ucrania. Así, según la UPTs, 129 iglesias fueron incautadas, y solo en 31 casos se produjo un traslado voluntario de los fieles a la iglesia cismática. Al mismo tiempo, según estimaciones más recientes, se han incautado unas 250 iglesias.
Mientras tanto, el principal objetivo del régimen de Kiev es expulsar a los monjes de la UPTs del Monasterio de las Cuevas de Kiev, principal santuario ortodoxo de los pueblos eslavos orientales, y entregarlo a los cismáticos. Durante meses el monasterio vive bajo constantes registros, ataques de radicales de la PTsU, redadas policiales destinadas a desalojar a los monjes de la iglesia canónica y bloqueos regulares del acceso de los creyentes a los santuarios del monasterio.
Incitación al odio por parte del Gobierno ucraniano
De acuerdo con el informe, como parte del plan para liquidar la iglesia canónica, las autoridades ucranianas también promueven la retórica del odio contra ella, lo que provoca actos de vandalismo e incendios de templos y santuarios, así como ataques violentos contra clérigos y creyentes por parte de activistas radicales.
“No conozco tal iglesia: la UPTs. Sé que, según la legislación vigente, existe una rama ucraniana de la Iglesia ortodoxa rusa. Esto no es una iglesia. Es un antro […] que aprueba y bendice el asesinato de ucranianos, un veneno para cualquier persona creyente”, declaró el expresidente ucraniano Piotr Poroshenko en una entrevista emitida en diciembre del 2022.
Por su parte, a principios de este año, el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Alexéi Danílov, se opuso a llamar iglesia a la UPTs, acusando a sus representantes, a los que calificó de “bastardos” de “apoyar el terrorismo”, de trabajar para el Servicio Federal de Seguridad de Rusia”.