¿La economía mundial corre el riesgo de sufrir tres crisis a la vez?

El economista francés Jacques Sapir advierte que, aunque “cada una de estas crisis, por separado, puede superarse, las capacidades cognitivas de los responsables de la toma de decisiones no les permiten encontrar las respuestas adecuadas a las tres crisis a la vez”.

La economía mundial, que en los últimos años ha entrado en una zona de inestabilidad, corre el riesgo de sufrir tres crisis simultáneas, advierte Jacques Sapir, economista francés y profesor de economía de la Universidad Estatal de Moscú, en su nuevo artículo para la revista Russia in Global Affairs, publicado este lunes.

“La situación internacional es claramente alarmante: de una crisis provocada por el coronavirus hemos pasado a una crisis inflacionista cuyas consecuencias todavía se dejan sentir hoy, y de ahí a una crisis geopolítica de gran magnitud relacionada con el conflicto ucraniano”, explicó el experto, destacando las tres principales causas potenciales de una crisis global.

La inestabilidad del sistema bancario. Según Sapir, la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, y especialmente la Reserva Federal de EE.UU., con el fin de hacer frente a un fuerte aumento de la inflación, no hace sino “debilitar todo el sistema bancario”. En este contexto, advierte que “un sistema ya debilitado podría verse socavado por cualquier perturbación económica importante, ya sea un aumento de las quiebras empresariales o perturbaciones significativas de los flujos de capital”, todo lo cual tiene graves consecuencias para el sector bancario. 

Una economía europea “atrapada entre una crisis inflacionista y una crisis energética”. En primer lugar, aunque los países de la UE han tenido que gastar miles de millones de euros para hacer frente a la crisis energética, que fue el principal problema de Europa durante el invierno, “es poco probable que ese gasto pueda repetirse de forma regular sin provocar un aumento de la deuda pública”.

Mientras tanto, “existe un riesgo importante” de que la inflación, que persistirá en la región durante mucho tiempo, “vaya acompañada de un crecimiento muy débil o incluso de una recesión”. “La presión de la recesión provocará un aumento de la ratio de deuda pública y del volumen de deuda, que será cada vez más difícil de financiar”, dijo, subrayando que es probable que se produzca una crisis de deuda soberana simultáneamente en varios países de la UE, lo que podría causar graves daños económicos tanto dentro como fuera del bloque.

La implosión del multilateralismo y la fragmentación de las relaciones comerciales y financieras en el mundo. Según el economista, desde la crisis financiera de 2008 ha habido una fragmentación gradual de las relaciones comerciales internacionales, que se ha acelerado bruscamente desde la imposición de las sanciones occidentales contra Rusia, y ahora se puede observar la deslocalización de ciertas industrias clave.

Además, Sapir señala que la creciente influencia del grupo BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, supone “un desafío real y efectivo al liderazgo estadounidense” y refuerza también la tendencia al multilateralismo. En su opinión, aunque “la transición de la hegemonía estadounidense a la multipolaridad tiene sus ventajas”, también “entraña riesgos en el periodo de cambio” debido a la interpenetración de los sistemas económicos y la internacionalización de las cadenas de suministro. 

Al mismo tiempo, afirmó que, a pesar de que actualmente la economía mundial se ve amenazada por tres crisis a la vez por primera vez, el peor de los escenarios no debe considerarse inevitable. Al fin y al cabo, recordó que una crisis bancaria se desarrolla en cuestión de días, una crisis económica y de deuda lo hace en cuestión de meses y una crisis de multilateralismo podría evolucionar a lo largo de varios años.

Sin embargo, advirtió que “un riesgo importante” en la situación actual es la posible combinación de estas crisis a relativamente corto plazo. “Cada una de estas crisis, por separado, puede superarse, pero las capacidades cognitivas de los responsables de la toma de decisiones, ya sean gobiernos, bancos centrales, grandes instituciones internacionales o incluso ejecutivos de empresas multinacionales, no les permiten encontrar las respuestas adecuadas a las tres crisis a la vez”, concluyó.

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