Hasta el momento, no hay una confirmación real de que dicha venta se esté llevando a cabo. Sin embargo, de ocurrir, esta repercutiría drásticamente en el mundo del espectáculo estadounidense.
El protagonista de una de las mayores polémicas de la historia de la lucha libre profesional, Vince McMahon, ha regresado oficialmente a la dirección de la WWE, tras ser acusado de conducta sexual inapropiada, y está preparando una negociación para vender la empresa, según recoge Vulture.
McMahon se retiró el pasado julio, tras lo cual su hija y antigua directora de marca, Stephanie, regresó de una excedencia de 2 meses y fue nombrada posteriormente presidenta y codirectora ejecutiva. El 10 de enero, menos de 6 meses después de esta regeneración, Stephanie dimitió, dejando paso a la reelección de su padre como presidente ejecutivo, una decisión unánime del consejo de la empresa.
Varias personas relacionadas con la situación han comentado insistentemente que la WWE podría ser vendida al Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita. Según la CNBC, la empresa estadounidense habría contratado al gigante bancario JP Morgan para que le asesore sobre una posible venta. La compañía ya había alcanzado un lucrativo acuerdo previo con el Gobierno saudita: dos grandes espectáculos en ese país cada año, durante 10 años, hasta el 2027. Se estima que estos eventos, para los que la WWE a menudo invita a estrellas de las décadas pasadas como The Undertaker, Goldberg o Hulk Hogan, le dejan a la WWE alrededor de 100 millones de dólares anuales.
Impacto en el mundo del espectáculo
Aunque fue reportada por varios medios especializados, hasta el momento dicha venta carece de una confirmación oficial. Sin embargo, de hacerse real, esta repercutiría drásticamente en el mundo del espectáculo estadounidense, ya que los principales medios de difusión han estado últimamente en plena mutación.
Por un lado, el conglomerado de entrenamiento Time Warner Discovery, que tiene su propio acuerdo de retransmisión de lucha libre con la empresa rival AEW, ha estado en el centro de varias polémicas. Asimismo, Disney, que tiene un acuerdo con la promoción mexicana de lucha libre AAA, que incluye la creación de varios luchadores con temática Marvel e incluso una serie en Disney+, ha aumentado su cuota de mercado en el cine y la televisión mundial en los últimos años.
La WWE sería una valiosa adición de retransmisiones en directo para cualquier cartera, incluidas las empresas con las que ya mantiene relaciones, de acuerdo con los analistas. Actualmente sus programas insignia, ‘Raw’ y ‘SmackDown’, se transmiten en USA Network (propiedad de la NBC) y Fox respectivamente, y se reporta que este último medio también había mostrado interés en la adquisición total de la empresa.
Descontento dentro de la empresa
Tras la retirada de McMahon, su yerno, Paul Levesque, más conocido en el ring como ‘Triple H’, fue ascendido a director de contenidos, sustituyendo al propio McMahon en las decisiones creativas. Sin tardarse ni un momento, el legendario exluchador empezó a introducir cambios tectónicos en la compañía, corrigiendo errores y deficiencias que habían dejado los últimos años de la época de Vince McMahon.
Varios periodistas especializados han reportado que numerosos luchadores de la empresa se habían mostrado descontentos con la salida de Stephanie McMahon y que entre bambalinas reinaba el “nervosismo” en la empresa, ya que “la gente no sabe qué va a pasar ahora”. Ya con el regreso de su suegro y la retirada de su esposa, el liderazgo creativo de Levesque también podría estar en juego. Algo que, sumado a la venta de la empresa, pondría en duda el apoyo de muchos de sus luchadores e inclusive del público en general a Vince McMahon, ya que después de que abandonara la WWE varias estrellas de la empresa elogiaron la mejora de la atmósfera.
Preocupaciones por posible discriminación
Algo que tiene preocupados a los fanes es el destino del popular luchador canadiense Sami Zayn que, según los informes, se le ha prohibido actuar en los ocho eventos en tierras sauditas de la WWE celebrados hasta la fecha, debido a su origen étnico sirio.
Algunos han especulado de manera similar que la división femenina de la WWE también podría pasar a un segundo plano, teniendo en cuenta el historial del país árabe respecto a los derechos de las mujeres, y su prohibición de artistas femeninas en los ‘shows’ sauditas iniciales de la WWE. Cabe destacar que combates entre las estrellas femeninas de la empresa sí se celebraron durante los eventos en Arabia Saudita, pero su cantidad fue limitada y las propias luchadoras lucían trajes que cubrían todo su cuerpo, a diferencia de sus habituales atuendos en el ring, que suelen ser bastante reveladores. Igualmente, se teme a fuertes medidas contra los talentos de la lucha libre LGBTQ.
Blanquear un historial de abusos
Asimismo, algunas voces han acusado al actual acuerdo de la WWE con los sauditas de ayudar al reino árabe a blanquear su historial de abusos contra los derechos humanos, sobre todo tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el 2018. Según Vulture, esta compra sería el último de los intentos de Riad por limpiar su imagen, gastando miles de millones de dólares en eventos deportivos y de entretenimiento de alto nivel.