INERCIAS Y RETICENCIAS      

E L I N Q U I S I D O R

LUIS ARMANDO VARGAS TORRES

La inercia, en física, es la propiedad que posee los cuerpos de oponerse a un cambio de su estado de reposo o movimiento en que se encuentran. Como tal, la inercia es la resistencia ofrecida por un cuerpo a la alteración de su estado en reposo o movimiento.

En política y en el ejercicio público sucede exactamente igual, los actores se oponen a los cambios y generalmente tratan de hacer exactamente lo mismo que hicieron los que les antecedieron además son reticentes a ver la realidad siendo incapaces de contar con un diagnóstico situacional, por lo que se autoengañan.

En Nuevo Laredo Carmen Lilia nuestra presidenta ha sido criticada y alabada por enfrentar el problema del agua y el drenaje en la ciudad, algo que ningún presidente anterior hizo, porque preferían obras de relumbrón a invertir en algo que perdurara por décadas en la salud de los Neolaredenses.

Por ello ha sido necesario romper calles con las consabidas molestias, pero es necesario. A nivel nacional AMLO debió enfrentar al dinosaurio encarnado por el neoliberalismo y la globalización que no es más que la dominación del mundo por el imperio a través de Fondo Monetario Internacional FMI y el banco Mundial como elementos de sojuzgamiento económico de las naciones incautas que se endeudaron porque así lo dictaban las reglas internacionales en boga.

Vean ustedes como se endeudaron las naciones ahora en quiebra con motivo del COVID 19, están postradas sin crecimiento económico porque gran parte de su producto interno bruto (PIB) se va en pagos o servicio de la deuda.

Los gobiernos de los Estados y municipios hicieron lo mismo endeudarse inmisericordemente dejando esas entidades sin recursos para invertir, algunos ni para pago de nómina. Lo clásico, es decir, no tengo presupuesto.

Antaño las calles, carreteras y obras se hacían con constructoras que pertenecían al sector público, recuerdo que había en el gobierno de Tamaulipas una constructora llamada “Constructora Obras de Tamaulipas” y en el gobierno federal dependiente de la SEP el CAPCE que construía las escuelas de muy buena calidad, así como la Secretaría de Obras públicas federal que daba mantenimiento a los tramos carreteros.

Pero vino el famoso neoliberalismo ideado por Milton Friedman y sus chicagos Boys e iniciaron con Chile de Salvador Allende las privatizaciones de la cosa pública y salió la idea que los privados deberían realizar las acciones que corresponde al estado y con ello la corrupción se desató de manera desaseada y las obras de mala calidad fue lo imperante.

Ahora en los nuevos gobiernos de la cuarta transformación observamos camadas completas de funcionarios que vienen de los gobiernos neoliberales y traen el chip con el que aprendieron a trabajar, no buscan innovar, prefieren el dejar hacer y el dejar pasar al fin de que ellos ya llegaron y no mover a nadie, con la consabida decepción de los votantes que desilusionados ven que es más de lo mismo, imperando el compadrazgo, el amiguismo, pero de ineptos.

Los perfiles de alto nivel son repudiados porque traerán cambios y eso les da pavor, prefiriendo malo por conocido, que bueno por conocer. por ello sería excelente que se cristalizara el servicio civil de carrera y fuese un semillero para la administración pública.

La reticencia al cambio en el Instituto Nacional Electoral (INE) es de risa loca, un organismo oneroso, elitista que elige a sus consejeros por cuota de partido no puede ser autónomo, porque obedece a los intereses de quienes los propusieron como el caso de su presidente Lorenzo Córdova que fue propuesto por el PRI.

El presidente propuso que los consejeros ahora se elijan por votación ciudadana y no quieren los angelitos, propone que se reduzcan o eliminen los cargos de elección popular plurinominales y eso les causa pavor, dizque porque afecta la democracia. ¡Claro que no! No es democrático tener diputados y senadores por los que nadie voto, tal es el caso de Ismael Cabeza de Vaca y otros que nada aportan.

El que se le eliminen los apoyos millonarios a los partidos políticos cuando no hay campaña tampoco es un despropósito y el que se eliminen los Institutos Estatales Electorales tampoco, al final la federación termina resolviendo los diferendos.

Por ende como antaño urge que se capacite a los funcionarios de nuevo cuño en los gobiernos de la 4T para que desinstalen su chip tan nocivo que dio al traste con el México progresista del milagro económico de los años del modelo de desarrollo estabilizador en pro del entreguismo económico al extranjero en aras de una falsa modernidad.

Los cambios son necesarios para renovar, innovar y rebobinar la cosa pública, el que se opone a ello es un reaccionario conservador.

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