Cd. Victoria, Tam.- El histórico triunfo de AMLO en 2018 hizo pensar a muchos analistas que la renovación directiva de MORENA programada para noviembre del mismo año implicaría un magno proceso de elección interna que involucraría la transformación de esas masas rodantes en un bien estructurado ejército de militantes propio de un partido. No fue así.
Entre la euforia del triunfo, la entonces dirigente nacional interina YEIDCKOL POLEVNSKY GURWITZ fue autorizada para prolongar su mandato un año más, mientras la gran mayoría de sus cuadros se disponía a ocupar cargos en el nuevo gobierno y en las cámaras.
YEIDCKOL había llegado por prelación, pues era la secretaria general cuando ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR renunció al máximo cargo dirigente para asumir la candidatura presidencial, en diciembre de 2017. El ascenso de POLEVNSKY fue en automático.
Extendido su mandato desde 2018, un año después, en noviembre de 2019, la propia YEIDCKOL se aferró al cargo, montada en la inercia de su interinato y postergó hasta donde pudo la emisión de la convocatoria respectiva.
Así llegamos a enero de 2020, cuando por fin deja su lugar a un reemplazo (también interino) como fue el barzonista zacatecano ALFONSO RAMÍREZ CUÉLLAR.
Tocará a este último emitir la tan postergada convocatoria para elegir una dirigencia nacional definitiva, misma que asumió el colimense MARIO DELGADO CARRILLO en noviembre de 2020, llevando por secretaria general a la activista capitalina CITLALLI HERNÁNDEZ MORA.
Cabe recordar que cuando MORENA nació en 2012, la dirigencia fundacional recayó en manos del capitalino MARTÍ BATRES GUADARRAMA en calidad de presidente y la sindicalista chihuahuense BERTHA LUJÁN USCANGA, como secretaria general.
En BATRES y LUJÁN descansó la tarea de administrar el tránsito de MORENA desde su inicial categoría como asociación civil (2012) a su transformación en partido (2014).
Abreviando, entre cuadros electos e interinos, el Movimiento de Regeneración Nacional lleva cinco dirigentes: BATRES (2012-2015), LÓPEZ OBRADOR (2015-2017), POLEVNSKY (2017-2020), RAMÍREZ (enero-noviembre de 2020) y DELGADO (2020 a la fecha).
SIN EMBARGO SE MUEVE
Los días 30 y 31 de julio (sábado y domingo) MORENA llevó a cabo la elección de su consejo nacional en los 300 distritos electorales del país. Entre gritos y sombrerazos, logros y retrocesos, las interpretaciones varían.
Imposible negar las irregularidades del más diverso calibre documentadas en toda la república. Compra de votos, acarreo, vandalización de casillas, relleno previo de urnas, destrucción de las mismas y batallas campales por el control del proceso.
Pese a ello la movilización se logró y esta (por sí misma) constituye una noticia importante, aún por encima del cochinero y los videos de trifulcas que llenaron espacios en redes y medios, dentro y fuera del país.
Evento relevante si lo contextualizamos con la laxitud que hoy priva en los partidos opositores. Sus indefiniciones y dudas. Guste o no, MORENA está en movimiento, mostrando músculo y dando un paso importante hacia el bienio electoral que viene, 2023-24.
El entrante 2023, con la disputa de dos gubernaturas (Coahuila, Edomex) y en 2024, el megaproceso donde se elegirá nuevo Presidente de la República, se renovarán totalmente las dos cámaras federales (diputados, senadores) y serán votadas 9 gubernaturas. En orden alfabético: CDMX, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
CORCHOLATAS Y NÚMEROS
La prueba de fuego, por supuesto, vendrá en el verano-otoño del 2023, cuando se defina la candidatura presidencial, donde no solo importa el desenlace. Por principio, el método de selección figura desde ahora como piedra de escándalo.
El más reciente sondeo de la casa encuestadora MASSIVE-CALLER señala como punteros en el bando de la oposición a RICARDO ANAYA CORTÉS (24.6%), LUIS DONALDO COLOSIO RIOJAS (20.3%) y ENRIQUE DE LA MADRID CORDERO (17.4%).
Más abajo y dentro del mismo bando aparecen MAURICIO VILA DOSAL (10.6%), MIGUEL ANGEL OSORIO CHONG (10.6%), DIEGO SINHUÉ RODRÍGUEZ (6.3%), SANTIAGO CREEL MIRANDA (5.3%) y DAMIÁN ZEPEDA VIDALES (4.9%)
Por el oficialismo guinda, la misma agencia MASSIVE CALLER ubica a MARCELO EBRARD CASAUBÓN como el aspirante mejor posicionado (38.3%), seguido de CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (36.3%) y LÁZARO CÁRDENAS BATEL (con un bajo pero significativo 9.7%) por arriba del 9.0% de ADÁN AUGUSTO LÓPEZ, el 4.0% de TATIANA CLOUTHIER CARRILLO y el 2.7% de RICARDO MONREAL ÁVILA.
En los tiempos que vienen estará por verse si adelantar tanto el tema sucesorio fue buena o mala estrategia del presidente LÓPEZ OBRADOR.
Y también si su abierta predilección por la doctora SHEINBAUM en verdad la fortaleció o solamente la expuso a un desgaste innecesario. Ese inclemente bombardeo mediático que hoy la tiene convertida en el payaso de las cachetadas.
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