El flujo comercial entre el estado de Texas y México equivale a unos 442.000 millones de dólares anuales, según informó la Cancillería del país latinoamericano.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México manifestó este martes su rechazo a las inspecciones de tracto-camiones y autobuses que ha impuesto Texas en los cruces fronterizos, lo que ha tenido repercusiones en el comercio bilateral.
En un comunicado de prensa, la Cancillería mexicana lamentó la decisión del gobernador de Texas, Greg Abbott, quien ordenó la detención e inspección de todos los vehículos de ese tipo que crucen desde México hacia EE.UU., como parte de una serie de medidas de control migratorio y seguridad.
“Esta medida estatal (…) perjudica de manera importante el flujo comercial entre nuestros dos países”, expresó la SRE, agregando que los comerciantes de México y EE.UU. “están perdiendo competitividad e ingresos considerables”.
Revisiones en puentes fronterizos
Las inspecciones se han implantado en los cuatro puentes internacionales que comunican con Texas, dos de ellos localizados entre Ciudad Juárez y El Paso (Zaragoza-Ysleta y Córdova-De las Américas); uno entre Anáhuac y la ciudad texana de Laredo (Colombia-Laredo); y uno más que va de la cuidad tamaulipeca de Reynosa a Pharr.
“En estos cuatro puertos de entrada únicamente está cruzando una tercera parte del comercio habitual”, apuntó la Cancillería mexicana. Anualmente, el flujo comercial entre México y el estado de Texas equivale a unos 442.000 millones de dólares.
“Tan solo en 2021, México se posicionó como el principal socio comercial y destino de exportaciones de Texas”, informó el Gobierno del país latinoamericano.
A raíz de la orden del gobernador Abbott, los transportistas mexicanos mantienen bloqueado el acceso al Puente Internacional Reynosa-Pharr.
Los bloqueos también afectaron otros cruces fronterizos, incluyendo el Puente Internacional que va de San Jerónimo (Chihuahua) a Santa Teresa (Nuevo México).
En medio de estas afectaciones, el Gobierno mexicano inició contactos con la Embajada de EE.UU., con los Departamentos de Estado y de Seguridad Interior y con la oficina del gobernador de Texas, para “restablecer plenamente el comercio” e identificar “alternativas que garanticen la seguridad en nuestra frontera compartida, sin perjudicar al comercio binacional”.